Perdido del todo y encontrado entre la nada.

Existe un lugar oculto en la costa de Almería. Tan cercano que molesta y enorgullece a partes iguales. Molestia por no haberlo conocido antes. Orgullo porque nadie lo conozca todavía. Existen unos restos de una antigua torre de vigilancia marina que, desde lo alto de un inmenso acantilado, despistaba a las embarcaciones que surcaban la zona al confundirlo con un velero provocando que encallaran entre las rocas y el mar. Algunos aseguran que era un volcán submarino. Tendrán que demostrar que aún sigue inactivo porque de su cima he visto bajar cadáveres. Con estos ojos.

Existe un agua del Mediterráneo que en esta parte del mapa es transparente como el aire. Por mucho que te alejes de la costa si miras hacia abajo verás nítidamente la arena del fondo y los seres vivos que pueblan sus profundidades, sentirás las sombras de tu cuerpo reflejadas entre los rayos del sol del amanecer, olerás el miedo de lo oscuro, de lo insondable. Entrarás al mar y saldrás nuevo, fresco de cuerpo, mente y en cabeza.

Half Ironman Triatlon Cabo de Gata - Nacho Tomás

Existen unas mínimas carreteras atiborradas de piedras y lagartos, como dijo Juan Goytisolo cuando pasó por aquí por primera vez, esa que no se olvida. Si levantara la cabeza hoy viendo que esta zona es de las más turísticamente cotizadas de España: Agua Amarga, la playa de Los Muertos y Las Negras, el Morrón de los Genoveses, Níjar, La Isleta del Moro, Rodalquilar, la Playa de Mónsul y la de la Media Luna, Fernán Pérez, San José o El Pozo de los Frailes. Carreteras rompe piernas con coches respetando a los ciclistas que recorrerás en calma, reservando fuerzas para disfrutar del paisaje. Molinos y faros, ambiente moruno.

Half Ironman Triatlon Cabo de Gata - Nacho Tomás

Existen unos caminos de arena amarilla, rocas blancas y tierras rojas. Perfectos para andarlos relajado, en compañía. Senderos de guijarros sueltos rodeados de dunas y bajos matojos. Paisajes de subidas eternas y bajadas peligrosas donde ataca siempre un calor desértico. Más abajo sólo África. Somos parte del Sáhara. Asúmelo, vives en el borde, vivimos en la mezcla. Por mucho que te empeñes en este momento estarás destrozado. Tras varias horas moviendo las piernas estarás roto. Roto pero entero. Paradojas. Truenos en un cielo totalmente azul y despejado.

Half Ironman Triatlon Cabo de Gata - Nacho Tomás

Este lugar oculto es Cabo de Gata, donde acabas de terminar su triatlón distancia medio ironman y has marcado en rojo en el calendario la edición del año que viene. Te las prometías muy felices y el tortazo ha sido aún más doloroso. Te has perdido pero también te has encontrado. Tú mismo.

Vela Blanca me ha localizado, me ha situado y me ha golpeado. Tengo una cuenta pendiente contigo y pienso cobrármela.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
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Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 26 de Octubre de 2016

 

ACTUALIZACIÓN:

  • Puesto general 66 de 334
  • Natación: 1900m – 31:13 – 1:38 min/100m – Puesto 17
  • Bicicleta: 80km – 2:37:26 – 30.5 km/h – Puesto 67
  • Carrera a pie: 21km – 02:05:56 – 5:59 min/km – Puesto 108

 

 

Fecha original de publicación:26 octubre, 2016 @ 08:13

Tiempo de agradecimientos (versión extendida).

Hannibal Smith, el cerebro del mítico Equipo A, con aquella cómplice media sonrisa y puro en boca soltaba esa memorable frase de «me encanta que los planes salgan bien.» ¿Y a quién no le encanta? Algo así vivimos el pasado fin de semana en el Mar Menor donde Pablo, mi hermano pequeño, quería volver a disputar un triatlón justo un año después del grave y fatídico accidente tras el que estuvo siete días en coma y más muerto que vivo algún tiempo más. Y si él quería nosotros querríamos. Así que allí fuimos Jorge y yo para controlarle, guiarle, apoyarle y protegerle.

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Pablo ha tenido que aprender de nuevo a andar, a comer y a escuchar. Ha tenido que entender que el equilibrio en la bicicleta es una parte vital del asunto y que si dejas de dar pedales es muy probable que te caigas. Que para avanzar hay que dar un paso, parece sencillo, y luego otro. No ambos a la vez. Y si se te pasa por la cabeza, puedes mirar atrás admirando tus avances. Ha tenido que aprender a respirar en la piscina mientras se suceden las brazadas. Ha perdido completamente el olfato, una tontería comparado con lo que todos hemos ganado. Ha aprendido a mirar hacia delante viendo cómo el rastro a seguir se pierde en el horizonte. A veces siento vértigo de lo rápido que ha pasado el año, de lo mal que ha pasado este año, de los cientos de médicos, de la rehabilitación que aún le queda, de las sesiones de fisio, de neuro, de cables, de puntos, de heridas, de operaciones, de fracturas. Por ello, y aún sabiendo que resta una durísima parte del camino, es tiempo de agradecimientos.

Al «Presi» por el empeño que pone en que nuestras locuras lleguen a buen puerto, y como Pablo siempre con una sonrisa en la cara. A los organizadores del Triatlón de San Javier por facilitar las cosas. Pusieron atención y empatía. No era fácil. A todos y cada uno de los que gritabais nuestros nombres durante la prueba. Dicen que hay una bebida que da alas porque no han probado las alas que dais vosotros. Al triatlón en sí mismo por haber entrado de esta manera en nuestras vidas. Y por ser tan insondable que en cada prueba se aprende algo nuevo. Ya os contaré lo que me pasó con el dorsal, las zapatillas de la bici y la valla submarina anti-medusas.

A nuestras parejas por soportarnos, por querernos sin comprendernos. A nuestro padre por lo que sólo él sabe, por lo que sólo nosotros sabemos. A nuestras madres por sufrirnos, por hacernos crecer, por llorar por nosotros, por llorar con nosotros. A Macarena, nuestra hermana, por servir de cemento en esta familia, insustituible. Al que hay allá arriba porque sin duda nos tiene cariño.

Y a Pablo por todo lo que le queda por delante. Y porque deportivamente ya casi nos deja atrás.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 5 de Octubre de 2016


 

 

 

Hasta ahí lo que ha salido publicado en La Verdad, pero continuaré ahora con la versión extendida, contando un poco lo sucedido deportivamente.

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La idea era cojonuda: Jorge y yo competiríamos en la distancia olímpica con el objetivo de preparar el Half Ironman de Cabo de Gata de dentro de 15 días. Sobre el papel no habría problema con los horarios, comenzábamos a las 15:00 y la versión sprint con Pablo (los tres juntos) tendría lugar 2 horas y media más tarde, tiempo de sobra para acabar, descansar 10 minutos, cambiar dorsales, boxes, etc…

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La salida se retrasa 20 minutos por motivos ajenos a la organización, comienzo a ponerme nervioso. Salimos a nadar y desde el inicio voy comodísimo, no sé cómo consigo ponerme en un lateral externo y no recibo ni un golpe en esos momentos iniciales tan complicados en cualquier prueba. Termino la primera vuelta dando alcance a un compañero (Sergio Cárceles) y decido ir con él durante el resto del sector. No aprieto casi nada, me dejo llevar y la sorpresa es mayúscula cuando veo el GPS y llevamos más de 900m… Se supone que son 1.500m el total y aún queda otra vuelta. Se me van a ir otros 7-8 minutos. Espero que retrasen la salida del sprint, aunque por otro lado, lo normal es que no lo hagan para no fastidiarles… Decido relajarme y no pensar mucho.

En la segunda vuelta voy empanado, siguiendo unos pies tan tranquilamente hasta que no sé cómo me veo sólo, en mitad de la nada y con las boyas de la valla anti-medusas a un centímetro. No puedo evitar el golpe, que me produce varios cortes en el brazo derecho. Más aparentes que dolorosos y peligrosos.

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Al salir a tierra, la sangre brota profusamente, produciendo el espanto de algunos espectadores. Tranquilos, no es nada. Salimos en el segundo grupo de nadadores a un ritmo medio de 1:35 nada menos. Y con la mejor cara que recuerdo saliendo del agua en mi vida.

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Tengo a Cárceles delante, uno de los mejores ciclistas de nuestro club. Si consigo seguirle la rueda en bici voy a ahorrar bastante pero sucede la globerada del día, dejé bien preparadas las botas con sus elásticos pero olvidé abrir los velcros así que le veo distanciarse mirando atrás por si le seguía. Hace bien, pillará el grupo en el que íbamos nadando y yo no.

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Tardo unos interminables segundos en calzar mientras pedaleo y me quedo en medio de ninguna parte hasta que me alcanza Yáñez, también del club. Tiramos juntos durante prácticamente los 40kms, con apoyo puntual de 2 o 3 unidades del numeroso grupo, a una media final de 35km/h. Mucho chuparueda como siempre, que no da la cara hasta el final, para coger buena posición en la T2. Ay, las cabezas.

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Durante la bici tengo una sensación extraña, por momentos me veo muy fuerte como para tirar pero quiero reservar un poco, cuando acabemos quedarán 10kms a pie y luego un triatlon completo sprint (750m nadando + 20kms en bici + 5kms corriendo). Hoy el protagonista es Pablo, así que mejor será reservar un poco. Incluso tarareo algunas canciones, jamás en mi vida me había pasado algo así.

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Hago una rápida T2 y salgo a correr sin dejar de mirar la hora. Estoy muy preocupado. Pregunto a varias personas si se sabe el horario definitivo de salida. Parece que no hay cambios y será a su hora así que lo tengo jodido. No me dará tiempo a terminar. Corro fácil en ritmos de 4:30. Doy tres de las cuatro vueltas en que consiste este sector y veo que los triatletas del sprint ya están en la playa calentando para salir a nadar. Por mucho que me fastidie y siendo la primera vez en mi vida, tengo que retirarme.

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Salgo disparado hacia la zona de boxes, dejo las zapatillas y la visera. Veo que afortunadamente Pablo ha cambiado la bici de sitio y ha preparado los dorsales en el casco y cuadro. Menos mal.

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Corro descalzo hacia la orilla de la playa y cuando no llevamos más de 5 minutos en la cámara de llamadas, se da la salida del Sprint. Unos segundos de charla técnica y nadar de nuevo.

La verdad es que no me he vaciado ni la mitad de lo que habría podido si no tuviera otro triatlon después, pero aún así, el cansancio hace mella y cuesta entrar al agua. Calambres y subidas de isquios nos hacen reir a Jorge y a mí mientras intentamos seguir a Pablo en el agua. Afortunadamente este sector es el que Pablo lleva siempre menos entrenado, por lo que no nos cuesta mucho ir a sus pies… Lo buen viene luego.

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Jorge lo pasa peor, él sí se ha apretado de lo lindo (ha acabado en 4º puesto) y en la bici las pasa canutas. Las risas que me echo viéndole sufrir son memorables. Vamos a su rueda todo el rato, el animal se casca él solito el sector entero, tirando de un grupo bastante numeroso. Mirad su cara. Espejo del alma.

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A pie sucede lo inevitable, Jorge se queda en la primera vuelta y nos espera en la meta. Ahora recuerdo que tuvo que ponerse a estirar al salir del agua por segunda vez ante la atónita mirada de otro deportista.

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Pablo nos lleva a 4:10 el muy bestia. Yo puedo seguirle un poco más, pero al final de la recta también paro un poco para poder entrar juntos los tres.

Terminamos y como guinda resulta que ganamos por equipos masculinos en la categoria olímpica y en femenino en la sprint. ¡Menuda jornada para BITEC TRI IMPULSO!

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En resumen, no terminé ni un triatlon ni el otro. Ambos por unos pocos metros a pie. Pero lo importante hoy era Pablo, y era esta foto que quedará para siempre en nuestros recuerdos.

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Vídeo de la llegada, cortesía de nuestro padre.

Una preciosa historia y un placer estar dentro para contarla.

 

 

Fecha original de publicación:5 octubre, 2016 @ 07:39

En favor del postureo.

Un amigo de mi club de triatlón acaba de terminar la carrera de administración y dirección de empresas sacándose el último curso en México. El otro día colgó una foto de una cristalera de su universidad en la que se podían leer varias palabras serigrafiadas a modo de valores para los alumnos. A modo de enseñanza y ejemplo, digo yo, puesto que según reza la Wikipedia es la universidad más grande de América Latina, así como una de las 30 más conocidas del planeta. Dediqué un buen rato a transcribirlas: fortaleza, educación, libertad, compromiso, disciplina, excelencia, honradez, firmeza, liderazgo, confianza, comunidad, aprendizaje, razón, crecimiento, honor, lógica, aptitud, convicción, conciencia, ética, responsabilidad, tolerancia, congruencia, determinación, tolerancia, verdad, motivación, dignidad, pasión, respeto, orgullo, honestidad, equidad y justicia.

Ni rastro de humildad. ¿Afortunadamente? Sí, creo que es un concepto totalmente manido y sobrevalorado. Casi nadie puede atribuirse ese adjetivo, tan denostado y mal usado. Humilde de verdad ha sido poquísima gente en el la Historia de la humanidad. La inmensa mayoría de personas que se autodefinen como humildes no son más que alguien del montón que disfraza de humildad su falsa modestia. En España estamos rodeados de mediocres amargados que intentan tirar por tierra el esfuerzo de los demás criticando aquello que quizá no entienden.

No quiero políticos humildes, quiero que sean excelentes gestores y que presuman de ello. No quiero deportistas humildes, quiero que se dejen la piel en los entrenamientos, que destrocen a sus rivales en las competiciones y que, respetando las reglas del juego, estén orgullosos de batir continuos récords. Pero sin engaños, por favor. Harto de esos que dicen que no han entrenado, que les duele esto, que ayer sus hijos no durmieron, que no están en forma, que a ver si acaban… Y luego te pasan por encima. Señores, seamos serios.

En el mundillo del triatlón, como en los demás supongo, tenemos este tipo de gente que lo critica todo. Si tienes un patrocinador, malo. Si no lo tienes, peor. Si te emocionas por un puesto quince eres un flipado, si quedas por debajo del treinta eres un paquete y si ganas es porque no había rivales de entidad. Dejadnos en paz, flipándonos con nuestras marcas, nuestras mejoras, nuestros piques, nuestras equipaciones, nuestro postureo. Son nuestras vidas, dejadnos vivirlas.

Me encanta ver «flipados» en las carreras, triatletas que no andan ni para atrás pero llevan el último modelo de pulsómetro, la mejor bicicleta de carretera y se embuten en el neopreno más rápido del mercado. Suben cada entrenamiento con cientos de fotos a las redes sociales y se pican con sus compañeros de equipo apostándose el desayuno. Si te molestan, deja de seguirles. Gracias a este grueso de deportistas la industria se mueve. Los clubes existen. Los patrocinadores obtienen retorno a sus inversiones. Es sencillo. Otro amigo les llama paquetes full-equip. Y muy contentos deben estar, siempre serán mejores que aquellos que se quedan en el sofá o el Facebook criticándolos.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tom
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ículo publicado en La Verdad de Murcia el 8 de Junio de 2016

Fecha original de publicación:8 junio, 2016 @ 16:23

La fuerza del grupo

Dicen que fue Confucio el que con “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar en tu vida” lanzó una perla en forma de frase a la que todos deberíamos orientar nuestra existencia y objetivos, mezclando vocación, pasión, profesión y misión en la vida, como un punto de fuga continuo.

Tengo la suerte de encontrarme hace tiempo en la búsqueda de ese lugar y creo estar cada día más cerca, si no ya dentro.

Pues esa maravilla de fusionar trabajo y placer ha tenido un nuevo capítulo estos días en Sierra Nevada, donde he compartido concentración deportiva con una tropa de triatletas de alto nivel liderados por mi hermano (Jorge Preparador) y con el patrocinio de N7, mi agencia de comunicación, publicidad y marketing online.

Grandioso mejunje.

El plan, sencillo y directo: entrenar como locos, algo de vida social (Covid-19 mediante) y ver el Tour de Francia (a última hora descartamos el viaje a Pirineos por motivos evidentes). Imagina qué curioso plan, compartir mismos objetivos deportivos que el grupo (homogeneidad) y congregar la variedad personal del mismo (heterogeneidad) en varios apartamentos de alta montaña con enormes terrazas donde hacer vida en común (con todas las medidas de seguridad, por supuesto) disfrutando del paraíso en la Tierra que es Pradollano y sus alrededores: interminables rutas en bici (Alpujarra incluida), senderismo por los techos de la península y hasta natación en un pantano. A solo 3 horas de Murcia puedes por la mañana pasar frío con ropa térmica de invierno y por la tarde chapotear con treinta grados en pleno verano.

No es la primera vez que desde aquí escribo sobre deporte, una maravilla que te permite conocer gente y lugares, te ayuda a gestionar mejor la carga laboral y además te mantiene en un estado de salud (física y mental) envidiable, algo especialmente valioso en estos convulsos tiempos. Algunas cosas son mejores en solitario, otras en grupo. La cantidad de cosas que he aprendido. Que ellos y la naturaleza me han enseñado.

En estas concentraciones sacas impulso de donde no sabes que existe, con horarios y procedimientos diferentes a los rutinarios, personas que conoces muy intensamente y te aportan el tan necesario “otro punto de vista”, sintiéndote parte de algo más grande que tú mismo, eso que desde la prehistoria llamaban tribu y a mí me gusta llamar grupo, el que aporta la fuerza.

La que, si nos ponemos serios, a todos nos sobra cuando hace falta.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
9 de septiembre de 2020


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La vida empieza a los cuarenta.

Hace cinco años crucé en Agramón la meta de mi primer triatlón. Me tuvieron que prestar una bici y terminé casi arrastrándome el doscientos y pico de trescientos participantes. El sábado pasado por fin subí a un podio. La guinda a una evolución lenta pero segura de la mano de Jorge, mi hermano y entrenador, que saca petróleo a mis escasas cinco horas semanales de entrenamiento.

Tenía una corazonada para este Triatlón de Guardamar, marcado en rojo como gran objetivo de la temporada. Los que me conocen saben que iba en serio, convencido de que había llegado el momento. Suena a cursilada pero visualizarlo a diario durante semanas se convirtió en una pequeña obsesión que compensó la mezcla de lesiones, muchísimo trabajo, parones y priorización de otras facetas de mi vida durante este año. Toca tirar de fuerza mental, especialmente en competición. Los hay que con un dorsal se acojonan, a mí me pasa justo lo contrario.

Afronté la prueba con confianza. Convencido de que, aunque no era mi distancia favorita, el formato me beneficiaba: Contrarreloj (salidas individuales cada veinte segundos) sin drafting (prohibido ir a rueda). En mi opinión de esta forma se premia al triatleta más equilibrado en las tres disciplinas. No es tan decisivo ser buen nadador o pillar un buen grupo en bicicleta. Aquí vas solo, sin más referencias que tu respiración y tu pulso.

Llegué convencido de mi buen momento nadando y un gran pico de forma en bici, aunque muy justo para la carrera a pie, por lo que tendría que exprimirme aún más en el agua y dando pedales. Y vaya si me exprimí: gran natación y maravilloso sector en bicicleta. Luego cambió la cosa y tocó sufrir corriendo a unos ritmos peores de lo esperado. Iba cayendo en picado kilómetro a kilómetro hasta que recordé aquellos fatídicos cuatro segundos que me dejaron sin podio la vez que más cerca antes había estado. Apreté los dientes y esprinté más que nunca en mi vida. Por la cabeza desfilaban pensamientos contrarios: «Si no lo consigo me retiro del deporte» o «Nacho, si pillas metal te dejas el triatlón». Curioso cómo funciona el cerebro rondando las doscientas pulsaciones por minuto.

Lo malo de este formato es que cruzas la meta y no sabes nada. Silencio. No alcé los brazos como suelo hacer. El resultado final aguanta escondido hasta que terminan todos. Y la espera se hace eterna. Ducha, hidratación, recoger material. ¡Y sorpresa! Por únicamente 39 segundos conseguí la tercera plaza de mi grupo de edad en el año del estreno en la categoría de veteranos. Un podio compartido con dos fueras de serie como Mateo Pesquer (campeón del mundo de acuatlón) y Moisés Vidal (ganador de varios Ironman).

El único borrón del día fue que no pudieron acompañarme mi mujer y mis hijos. Pero quién sabe, quizá vuelva a subir al cajón más adelante pues como dice la camiseta que nos regalaron a los amigos de la quinta del 77: «Life begins at forty.»

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
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Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 18 de Octubre de 2017

 

La otra Copa del Rey.

No tengo ni idea de cómo va la Copa del Rey de fútbol este año. Ni el anterior. Ni seguro que el siguiente. He buscado en Google y la sorpresa ha sido mayúscula cuando descubro al Alavés en la final contra el Barça. Orive, chulo, estarás contento.

Pues queridos lectores, tengo el placer de informaros que otra Copa del Rey se compitió este fin de semana. Y queridos lectores murcianos, además en Águilas. La Copa del Rey de Triatlón. Un espectáculo deportivo y visual que reunió a casi 3.000 deportistas y sus correspondientes acompañantes a las orillas del Mediterráneo, en el mismo fatídico día que una conductora drogada, borracha y reincidente mató a dos compañeros en una carretera de Valencia. Mano dura, jueces, nos están matando en mientras disfrutamos de nuestro deporte favorito.

Volviendo al campeonato, a última hora el director técnico de mi nuevo equipo, el Club Triatlón Murcia, decide ponerme en el primer equipo de la categoría Open. Toca darlo todo junto a cinco compañeros. Este tipo de pruebas son una contrarreloj por equipos en la que salen los seis triatletas de cada escuadra, con un minuto de diferencia entre ellos, juntos a nadar. Luego toca la bicicleta unidos y para terminar deben correr también sin separarse, contabilizando como tiempo oficial el momento en el que el cuarto componente cruza la meta.

Nos tiramos puntualmente al agua tras unos gritos de ánimo en conjunto. Los 750 metros a nado son suaves, intentando mantenernos unidos, cosa más fácil de decir que de hacer. Adelantamos al equipo de delante pero nos pilla el de detrás, formando un pequeño tapón en la entrada a los boxes. La transición es torpe, mea culpa, toca salir escopetado a comerse los 20 kilómetros de carretera dando pedales. De repente sucede algo imprevisto, un malentendido provoca que nos quedemos cinco unidades, qué rabia. Vamos dándonos relevos a casi 40 km/h y nos marcamos una bicicleta rapidísima en la que adelantamos bastante. Pero la segunda transición vuelve a ser más lenta de lo que debería y perdemos algunas posiciones. Toca colgar la bici y salir zumbando a por los últimos 5k a pata. Este último tramo se me atraganta al inicio, voy muy falto de entrenamiento en los últimos meses y me pasa factura… Veo cómo se alejan mis compañeros y por un momento pienso en retirarme. Pero bueno, pienso, son cuatro y el tiempo que cuenta es el del cuarto, así que tampoco es nada grave. Pero no, poco a poco entro en calor, soy un diesel puro, y con ayuda de sus empujones conseguimos unificar ritmos. Finalmente es otra unidad la que sufre para no quedarse pero decidimos que ya nos da igual perder unos segundos si eso supone entrar todos juntos a meta. La foto es la foto.

La sorpresa viene después, al consultar las clasificaciones en la app oficial de la Federación Española de Triatlón: ¡Hemos quedado novenos de España en la Categoría Open!

Increíble manera de comenzar la temporada y lucir por primera vez este precioso color rojo de mi nuevo club, que ha triunfado también en el resto de categorías de esta inolvidable Copa del Rey 2017.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
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Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 10 de Mayo de 2017

Triatlon de Agramón 2015

Por cuarto año consecutivo me dirijo a Agramón a competir en su triatlón, el más famoso de la zona y quizá el de más nivel. Vuelvo al lugar donde empezó todo allá por 2012. Una pena que mis hermanos, que el año pasado estuvieron conmigo, no puedan venir esta vez. Eso sí, voy bien acompañado.

Triatlon de Agramón 2015

Ha llovido mucho antes de la salida, refresca un poco en la orilla del Pantano de Camarillas, la mayoría de los atletas lo agradece, pero yo echo en falta más calor. Soy murciano, que se note. Dan la salida y arranco con todo, pero desde el primer momento noto que no me encuentro bien en el agua, me cuesta respirar, me llevo muchos palos y no cojo ritmo.

Triatlon de Agramón 2015

A eso sumamos que no distingo las boyas de los gorros amarillos que nos han dado, nadando al bulto con la consiguiente inseguridad de no saber por dónde voy. Cruzo las boyas en medio del grupo y me dirijo a la salida con más pena que gloria. Qué mal he nadado. Eso sí, salgo con una sonrisa, como siempre, y afronto la T0 (recorrido de 600 metros desde el agua hasta la T1) con ganas de remontar.

Triatlon de Agramón 2015

Hago la transición rápido pero sin presión, olvido los calcetines y me subo a la bici descalzo por primera vez en mi vida, que sea lo que Dios quiera. Pierdo además unos segundos preciosos metiendo todo en una bolsa de plástico para que no se salga de la cesta que luego nos traerán al pueblo. Puede que haya sido un error hacerlo. Por fin me olvido de todo y me subo a la bici.

Triatlon de Agramón 2015

Desde el primer momento me veo fortísimo, adelanto muchas unidades en la rampa de salida del pantano hasta el enganche con la carretera. Nunca me había visto tan cómodo en este sector en un triatlon, normalmente es el que peor se me da, pero estoy seguro que hoy será diferente. Rondo una media continua de 35 km/h, aunque falta la subida hacia Hellín que suele atragantárseme. Veremos qué tal.

Triatlon de Agramón 2015

Encaro la recta de subida, suave pero continua, convencido de mis opciones. Continúo con fuerza todo el recorrido, sin ningún imprevisto que resaltar ni sorpresas como otros años. Sólo pedalear a muerte, acoplarme y disfrutar de lo bien que me encuentro sobre las dos ruedas. No voy a gastar más palabras en los grupos de ciclistas que no respetan las reglas y van dando relevos, algo prohibido en esta prueba. Ellos mismos.

Triatlon de Agramón 2015

Creo que sólo me ha adelantado un corredor en todo el sector y ha sido en la bajada, casi en la entrada a Agramón de nuevo, que cruzamos dirigiéndonos a los boxes con el último esfuerzo pintado en la cara.

Triatlon de Agramón 2015

Hago la transición 2 bastante rápido, el no tener calcetines me da un poco de miedo, si ya era la primera vez que iba en bici sin ellos, tener que correr 5kms también así va a ser complicado, pero qué demonios, si aprieto serán poco más de 20 minutos, ¿qué puede pasarme? He olvidao los cordones elásticos y pierdo otros buenos segundos ajustándome las zapatillas. ¡Error de novato!

Triatlon de Agramón 2015

Atravieso la fiesta de las calles de Agramón con una sonrisa en la cara, esta gente es la ostia, qué buen rollo transmiten y qué buenos ánimos nos dan a los corredores. Desde la primera zancada me siento volando. Adelanto un buen número de corredores mientras sigo concentrado en la técnica y en la respiración.

Triatlon de Agramón 2015

Según mi Garmin voy por debajo de 4min/km continuamente, sorpresa total. En la recta que sale del pueblo me cruzo con los compañeros del club, nos animamos mutuamente, menudo subidón. Veo sus caras, sus sufrimientos e imagino mi rostro, maquillado con las gafas. Tengo los pies destrozados, veo sangre en la zapatilla derecha, tengo que practicar más esto de correr sin calcetines.

Triatlon de Agramón 2015

Aprieto un poco más, veo a Parra a unos metros por delante, me temo que no podré alcanzarle, me va a faltar un kilómetro. Este último sector a pie se está convirtiendo en mi especialidad últimamente, pero no es suficiente. Me he propuesto no mirar el tiempo total de carrera, el año pasado me llevé un chasco importante al no bajar de 1h20m como había previsto. Hoy sólo tengo puestos los parciales y ritmos por sectores, no quiero distracciones.

Triatlon de Agramón 2015

La técnica es satisfactoria, cruzo la meta en 1h15m, una barbaridad para mí. Levanto los brazos y respiro hondo. ¡Cómo me gusta esto!

En la vida hay que saber ganar y perder. Esta vez, tras tres victorias consecutivas (Olímpico de Jumilla, Half Ironman de Almudayna y Carrera Aidemarcha) me tocó morder el polvo contra mi gran amigo-rival Francisco Parra, por lo que fué un auténtico placer promover un manteo para él, al que me ayudó todo el equipo TRI Impulso. ¡Sois grandes, chavales!

Me ha ganado, por primera vez, con todas las de la ley. Se lo merece y así se lo reconozco. Nos veremos las caras de nuevo. Esto es la esencia del triatlon.

Triatlon de Agramón 2015

Gracias especiales a Antonio Caravaca, compañero del club, que nos abrió las puertas de su casa donde pudimos disfrutar del «tercer tiempo» con un grupo de gente que, cada día, me demuestran lo grandes que son.

Estos son los tiempos oficiales: (Link a Conxip)

  • Natación 750m – Tiempo: 0:13:432 – Posición: 87
  • Bicicleta 20km – Tiempo: 0:35:44 – Posición: 54
  • Carrera a pie 5km – Tiempo: 0:20:26 – Posición: 66
  • Tiempo total: 1:15:36 – Posición: 69 de 339

Analizando los años anteriores es curioso ver cómo he mejorado mi mejor marca 6 minutos sobre el 2014, y eso que he hecho la peor natación de los últimos 3 años, sólo fue peor el año del estreno en 2012. En cambio en bici y corriendo he pulverizado mis registros. De todo se aprende.

Triatlon de Agramón 2015

Lo que aprendo, año tras año, es que me divierto como un niño compitiendo. Que las cervezas post-carrera son lo mejor del mundo. Que la gente que conozco es un tesoro. Que Tito, Francis, Marisa y Oscar, Maribel, Juanan y tantos otros sois especiales y generáis un buen rollo que se contagia.

¡GRACIAS!

Sentir cómo mejoras es una sensación complicada de explicar con palabras, exprimirte en cada carrera, cruzando alternativamente esa delgada línea roja que separa el placer del sufrimiento.

 

 

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