Travesía Tabarca – Santa Pola 2013

Todo empezó en Marzo, cuando un amigo (Pablo) me habló de esta prueba y me convenció para que nos apuntáramos juntos. Así lo hice, con la mala suerte de que a mí me tocó plaza y a él no (hay sorteo debido a la cantidad de inscritos y el limitado número de plazas). Hasta ese día nunca había nadado más de 1.000 metros. Y en piscina. Así que tengo 4 meses para prepararme una travesía de casi 6kms en mar abierto. Con el miedo que tengo a las profundidades.

Travesía Tabarca Santa Pola 2013

Suelo madrugar para entrenar pero es la primera vez que me pongo el despertador a las 5AM por un asunto deportivo. El sueño que tengo es de otro planeta, cometí el error de salir de copas el viernes y me acosté a las 4 de la mañana. Además el sábado tengo una reunión en Jumilla con lo que sumamos 260 kms de coche antes de caer derrotado a la cama, sin apenas cenar por la mezcla de resaca y nervios. Me levanto de noche cerrada en este domingo 7 de Julio y desayuno mi habitual medio litro de café con leche, acompañado esta vez de 12 galletas maría y 3 croissants rellenos de chocolate. Preparé la mochila la noche anterior, para no despertar a mis hijos y mi mujer. Salgo a la calle, cojo el coche, y me dirijo a Santa Pola. Llego cuando están cerrando las discotecas, y el ambiente en las calles es total.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Aparco junto al puerto deportivo y hago la cola para recoger la mochila cortesía de la organización con el gorro-dorsal, el chip y el silbato (para usar en caso de urgencia). Me acerco al guardarropa donde dejo las cosas que no me llevaré a la isla. Desde el primer momento percibo que la organización es magnífica, todo calculado al milímetro, no hay nada que se les escape. Me siento tranquilo y seguro. Y eso que la procesión va por dentro, mi histórico miedo al mar sigue aquí. La cantidad de nadadores por un lado relaja (espero no ir sólo nunca en todo el trayecto) aunque por otro lado acojona un poco (hay muchísimo nivel). Subo al ferry, soltamos amarras y enfilamos la bocana del puerto mientras el sol comienza a salir por el Mediterráneo. A la izquierda, en la distancia, se dibuja Tabarca.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

El barco en el que me toca hacer el trayecto es una fiesta. Saludos, buenos deseos, cremas solares, vaselina para evitar los roces, consejos y anécdotas de otros años. Hace frío, algo de viento y tengo unas sensaciones diferentes a otras carreras. El total desconocimiento es un buen aliado. Me siento junto a un par de chicos que me hablan sobre lo precioso que es el fondo de Posidonia (primera vez que oigo esa palabra en mi vida) que hay durante toda la Travesía, ya que la  profundidad no supera los 25 metros en todo el trayecto y el agua es cristalina. Estupendo, lo que me faltaba para cagarme a la pata abajo. Me recomiendan no emocionarme al principio e intentar «coger unos pies»  a partir del segundo kilómetro, cuando las fuerzas ya son las reales. Tomo nota mental.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

De repente un pensamiento me bloquea y tengo que sentarme. No puede ser. Me he dejado las gafas de nadar en el guardarropa del puerto. Con tanto lío de gorro, mochila mía y mochila de la organización, cremas y móvil, se han quedado en tierra. Sin gafas no podré realizar la prueba. Menudo error de novato. Intento tranquilizarme pensando en que quizá pueda intentarlo, además así me ahorro ver el fondo del mar, que es precisamente lo que más miedo me da. De todas formas tengo que intentar buscar unas, las que sean. Me acerco a los pilotos y les pregunto por alguien de la organización, me dicen que no saben dónde están, pero preguntan el motivo de mi «mala cara». Les cuento la historia y vuelvo a mi sitio. A los 5 minutos se acerca uno de ellos y me dice que vaya su puesto. En secreto, me entregan unas gafas que se había dejado olvidadas algún pasajero en alguno de los numerosos viajes que realizan. No me lo puedo creer. Les agradezco de corazón su gesto y por fin llegamos a Tabarca. Al bajar, me abrazo a los dos. Me acordaré de vosotros, les digo. Y así sucederá.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

En la playa de Tabarca los últimos preparativos, mucha gente muy preparada pero con caras de tranquilidad. Creo que soy el más nervioso. La salida se produce sobre las 7:50, con banderas marcando la cuenta atrás en minutos, bengalas y bocinazo. Todos al agua. En los primeros metros recibo manotazos de todos los colores. Es normal, somos mil nadadores y muchos quieren hacerse un hueco. Esquivo como puedo los roces y me centro en mi camino. Los globos encima de las boyas ayudan mucho a verlas desde más lejos, lo que hace que no tenga que levantar la cabeza tanto como otras veces he tenido que hacer al nadar. Se agradece.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Paso el primer kilómetro a una velocidad mayor a la prevista e intuyo que se les ha quedado corto al medir, pero no, luego compruebo que he ido rapídisimo. El segundo y el tercero ajusto más y bajo un poco, aunque sigo yendo infinitamente mejor que mis mejores tiempos en los entrenamientos en piscina. Tres o cuatro veces intento seguir unos pies, como me recomendaron, pero no consigo hacerlo, por falta de experiencia y por notar que mi ritmo es otro. Decido no pensar en nada más que en mantener una buena respiración y no mirar mucho al fondo. El agua es cristalina y puedo diferenciar perfectamente algunos pececillos entre las algas y rocas del fondo marino.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Las vistas que tengo son maravillosas y poco a poco voy aceptando que no voy a ser engullido por ninguna criatura de las profundidades, por lo que miro con mayor frecuencia, siempre comprobando que tengo gente alrededor. Un par de veces me encuentro totalmente solo y tengo que parar, buscar un grupo y hacer lo posible por unirme a él. No es recomendable la sensación de no ver más que agua por los cuatro costados. Y bajo tus pies. Solo hay escapatoria en el cielo. Recuerdo a los pilotos de la guarda. El mar está totalmente en calma, aunque noto una pequeña corriente desde el lado derecho, que obliga a ir corrigiendo continuamente la trazada. También ayuda mucho el estar rodeado de decenas de piraguas, como demuestra la siguiente foto.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Los siguientes kilómetros se hacen largos, pero no cansados, incluyendo un par de calambres que tengo que solucionar parando y estirando. Y no es fácil estirar en medio del mar. Llego a las últimas boyas contento, sonriendo y con una sensación de triunfo interior muy satisfactoria. Mirando hacia atrás veo poca gente, y me temo que aunque para mis tiempos he ido rápido, posiblemente esté entre los últimos. Pero al cruzar la linea de meta y consultar posteriormente las clasificaciones veo que estoy a mitad de la tabla.

Sólo he podido rescatar esta foto de mi llegada, capturada del vídeo oficial de la web.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

El tiempo final ha sido de 1h51m50s, quedando en el puesto 458 de 998.

Por parciales la cosas queda así:

  • 1km: 16:02
  • 2km: 33:47  (17:45)
  • 3km: 52:39 (18:52)
  • 4km: 1:11:14 (18:35)
  • 5km: 1:29:35 (18:21)
  • 6km: 1:48:15 (18:40)

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Desde luego debo estar contento. Es mi primera travesía, aunque intuyo que no será la última. Me ha gustado mucho más de lo que pensaba. Quizá el miedo a no terminar por cansancio y el afán de reservarme hayan lastrado un poco el tiempo final, pero nunca lo sabré. O quizá sí. En la retina me quedo con la imagen de una señora de unos 60 años bien entrada en carnes que llegó un poco antes que yo, y de chico que entró unos minutos detrás de mí, con una sóla pierna. Menudo campeón. 

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Con ejemplos así, ¿cómo no voy a motivarme?

NOTA: Fotos propias y de la web del Club Natación Alone (LINK).

Triatlon de Santa Pola 2013

El Triatlón de Santa Pola supone un doble reto para mí: segundo triatlon completo (ya he hecho dos duatlones) y segunda vez que vuelvo a la localidad alicantina después de la lesión en la Media Maratón del pasado mes de Enero. Afronto ambos con tranquilidad, la (poca) experiencia que ya voy teniendo en competición se nota. Qué lejos quedan aquellas 150 pulsaciones en la línea de salida de mi primera carrera, allá por Marzo de 2011.

Triatlon Santa Pola 2013

Esta vez, además, me acompañan mis tres mejores fans: mi mujer y mis dos hijos, en la mañana del domingo 9 de Junio. Ver la playa a rebosar, con casi 1.300 triatletas en la orilla esperando su turno no se me va a olvidar fácilmente. Por delante 1.000 metros a nado, 18,8 km en bici de montaña y 4,8 km de carrera a pie.

Triatlon Santa Pola 2013

Carente de una excelente forma física y consciente de que nunca quedaré entre los primeros en una carrera, me dicen (y sé) que tengo buena cabeza para el deporte. A pasión, fortaleza mental, fijación por los objetivos fijados, compromiso y fuerza de voluntad, no me gana casi nadie. Tanto en la vida profesional como en el deporte. Y para muestra este relato.

La salida del primer sector, natación, se realiza por grupos, y se produce puntualmente a las 10:00, con los federados (300 inscritos), sólo 3 minutos más tarde, salen las chicas, y 9 minutos después les toca a los de los gorros verdes, entre los que me incluyo. No sé por qué, pero me pongo en primera línea, arrastrado por la masa de gente. Una decisión que posiblemente haya sido clave. Suena el silbato y nos tiramos como locos al agua, viendo en el horizonte la mancha de nadadores casi cruzando el primer espigón.

Triatlon Santa Pola 2013

Comienzo bien, intentando controlar la respiración, el agua está tranquila y, pese a la cantidad de gente, no hay demasiados golpes. De vez en cuando levanto la vista para no perderme las boyas (no me pase como en Agramón donde realicé una trazada digna de un borracho) y veo que voy estupendamente, no tengo a casi nadie delante de mi grupo y me flanquean dos o tres nadadores por cada lado, incluso hemos llegado a la altura de algunas chicas. Pinta muy bien este sector.

Triatlon Santa Pola 2013

He programado el pulsómetro para que vibre a los 500m y así poder tener una referencia, levanto de nuevo la vista y veo que, aparentemente, sigo bien situado cuando de repente noto como alguien me pone el brazo en la parte trasera del hombro derecho. Sin tiempo a reaccionar, otro brazo se coloca sobre mi hombro izquierdo y entre los dos me hunden. Siento como una bestia parda pasa por encima de mí y sigue su camino. Menos mal que no he tragado agua ni me he llevado una patada. Miro hacia atrás, veo que somos ciento y la madre y algunos de los que han salido 3 minutos después de mi grupo, que son los más jóvenes, nos han dado caza. Me siento como un pez de acuario en medio del Pacífico, comenzar el primer tramo con una humillación así podría hundir a cualquiera, pero saco mi lado optimista (no tengo otro) y me convenzo de que debe ser uno de los que hará podio, por lo menos.

Triatlon Santa Pola 2013

Giro el segundo espigón y enfilo el arco de llegada en la arena con sosiego y seguridad al no ver ningún gorro verde por delante. Cuando toco fondo con los pies comienzo a correr y, voilá, miro que llevo 16 minutos largos, lo que significa que mis intuiciones eran ciertas y voy como un tiro, como demuestra la sonrisa que lanzo a mi familia, que está en la orilla gritándome de todo mientras me hacen fotos. El tiempo oficial de este tramo es de 18m27s, ¡haciendo el puesto 246!

Triatlon Santa Pola 2013

Paso bajo los arcos de agua para quitar un poco de sal y, sin dejar de correr ni un momento, me dirijo a los boxes. Hay muchas bicis, buena señal. Llego a la mía, bebo agua. Me pongo la gafas y el casco, el dorsal, los calcetines y las botas, y salgo como alma que lleva el diablo, arrastrando la bici con una mano. Por un momento me siento Javier Gómez Noya. Todo el mundo sabe que si no te flipas un poco y disfrutas de las transiciones, ni eres un triatleta ni eres nada.

Comienzo el segundo sector confiado. Si sigo así, acabaré muy bien. Pero dura poco mi alegría. La carretera se pone patas arriba enseguida y comienza mi sufrimiento. Rampas de vértigo saliendo del pueblo en dirección a la Torre del Moro donde me adelantan muchas unidades. Está claro que mi talón de aquiles es la bici, se nota que es lo que menos entreno y estoy pagando las consecuencias. Aún así, sonrío cuando miro a cámara y voy dando ánimos a los que me adelantan como balas.

Triatlon Santa Pola 2013 Triatlon Santa Pola 2013

A mitad de recorrido comienza una falsa bajada, con un terreno pedregoso que provoca algún pinchazo, y más o menos, continúa así hasta que volvemos al pueblo. Viendo luego el perfil, no es especialmente duro, pero se me atragantó muchísimo. Al final consigo, más o menos, seguir la rueda de un grupo. Lo malo de la salida escalonada, es que no sabes realmente dónde estás en carrera, puede que adelantes a alguien que saliera antes que tú, o viceversa. Es mejor no pensar mucho en eso. Aún así, me siguen adelantando sin parar, excepto en la zona final, de bajada más pronunciada, donde saco mi lado positivo (soy buen bajador), y consigo recuperar algunos puestos.

Triatlon Santa Pola 2013

Tiempo de este sector: 46m23s, quedando en el puesto 442. Al final me han adelantado unos 200 ciclistas, que se dice pronto, y he tirado por tierra todo lo conseguido en el primer sector. De nuevo, podría haberme hundido en la más absoluta miseria, pero no, saco fuerzas de niyosedónde, dejo la bici en la percha, cambio de zapatillas, me quito el casco, giro el dorsal y me lanzo a correr, convencido de que es mi mejor sector hasta la fecha y tengo que alcanzar todo lo perdido en las dos ruedas.

Triatlon Santa Pola 2013 Triatlon Santa Pola 2013

Encaro el tercer sector concentrado en estos pensamientos, y deseando llegar a meta con buena cara al ver a mi familia, pongo la directa desde el primer metro, haciendo unos muy buenos parciales y adelantando mucha gente. Tiro de cabeza para pensar que, como mucho, quedan 20 minutos y poco, así que pienso exprimirme. Sigo pasando gente, recuperando parte del terreno perdido en la bici. Algunas caras me suenan y me reconforta pensar que puedo volver al puesto en que salí del agua… Se hace dura la parte final, sobre todo al girar y dar la vuelta por el paseo marítimo, junto a la orilla del mar, pero aprieto un poco más y… ¡consigo un parcial de 4:24 min/km y el puesto 252!

Triatlon Santa Pola 2013

Cruzo la meta con una sonrisa de oreja a oreja. Satisfecho de este tercer sector y de la carrera en general, en la que acabo en el puesto 323 de la general (de casi 1.300 participantes) con un tiempo total de 1h31m55s. Puedo estar más que contento. Aprovecho para dar un Sobresaliente a la organización, se nota que saben lo que hacen, y al público, que no dejó de animar en todo el recorrido. Acabo este relato volviendo al inicio, convencido que una gran parte del éxito en cualquier cosa que te propongas está en la mente. No hay dudas de que entrenar ayuda, está claro, pero la fuerza de la cabeza es el plus que hace superarte día a día. Al menos a mí me funciona.

NOTA: Fotos propias y de la web Triatlon Santa Pola 2013.

Una retirada a tiempo.

El 18 de Octubre de 2011 el deporte volvió a mi vida. Salí a correr. Casi dos años y medio y 2.600km después, he sufrido mi primera lesión. 

Desde siempre he practicado algún deporte, aunque sólo baloncesto a nivel competición (ligas municipales de Madrid) y nunca había tenido ningún susto como este. Bueno, he tenido esguinces, torceduras y escayolas como todo el mundo. Pero tan frustrante, nada. Tras varias semanas de preparación para la mítica Media Maratón de Santa Pola, en el kilómetro 8, la rodilla derecha levantó la mano y dijo «aquí estoy yo». Iba sobrado, a un ritmo de 4:45 min/km aproximadamente, reteniéndome y sabiendo que podría haber apretado mucho en la segunda parte de la carrera. A ojo, creo que, viento mediante, habría rondado 1h 38m, lo que sería mi mejor marca personal.

Rodilla Santa PolaAsí (no) acabé la Media Maratón de Santa Pola.

Un agudísimo dolor impidió que diera un paso más, obligándome a ser atendido por las asistencias de la prueba. Me inyectaron un Voltarén intramuscular, fui al coche a cambiarme, me dirigí al bar más cercano. Mientras Antonio Rentero y Nacho López de Sa, mis dos compañeros de andanzas esta vez, terminaban, y me tomé 2 tercios de Mahou 5 Estrellas. Tristeza, frustración, rabia, pena e impotencia se daban codazos por entrar en mi cabeza mientras el alcohol y el antiinflamatorio actuaban de seguratas. Llegué a Murcia y por la noche los dolores volviero, fuí a urgencias y descartaron lesiones de gravedad, así que me vendaron y recetaron 5 días de reposo relativo.

Aquí estoy, a martes, subiéndome por las paredes, aunque imcumplir, por obligaciones laborales, el reposo, ayuda bastante. No podía imaginarme lo bien que sientan los ánimos recibidos, por redes sociales, whatsapp o directamente, llamando. Sois grandes. Y yo, ahora, pequeño. Gracias.

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