Yeste es más que fuego.

Es cierto. Una de las cosas que me vienen a la cabeza cuando pienso en Yeste es fuego. Pero no el que estamos viviendo ahora, sino los fuegos artificiales de la noche de la romería, una de las más impresionantes fiestas que podrás vivir en tu vida. Yeste es un lugar muy especial para mí. Es el pueblo de mi mujer. Aquí la conocí. Aquí estuve a punto de morir en un accidente de coche. Aquí vive mi suegro. Aquí nació la madre de mis hermanos y aquí pasamos mucho tiempo desde hace ni se sabe. Aquí tenemos amigos.

Estoy en la cafetería del hotel, mi oficina habitual cuando paso largas temporadas en este precioso pueblo, escribiendo esta columna sin conocer todavía el alcance definitivo del incendio. Pregunto a mi alrededor pero nadie sabe cómo está la situación. Voces contrarias. Unos lo dan por apagado y le quitan importancia. Otros dicen que está fatal y sigue descontrolado. La realidad es confusa y los organismos no están ayudando. No hablo de gestión del incendio en sí, porque no soy experto, sino de la forma tan opaca de comunicar lo sucedido. Información continuamente contradictoria incluso desde perfiles oficiales. Cuando no es rentable decir la verdad, los mediocres abusan de las mentiras. Más vale callar que rellenar espacios. Pero claro, ¿qué se puede esperar de una sociedad que lo politiza todo?

Lo mejor que podemos hacer para ayudar es visitar la zona cuando se haya controlado. Por mucho que se queme seguirá siendo único. Venir a pasar las vacaciones o un fin de semana. Gastar nuestro dinero en los comercios locales. Buscar casas rurales, balnearios, campings, bares, restaurantes. En verano hay fiestas en muchos pueblos de la zona. Si eres senderista, runner o ciclista seguirás teniendo las mejores opciones del sur de España para practicar tu deporte. Todos podremos ayudar si decidimos simplemente pasar unas horas aquí, disfrutar de algo único y difundirlo a todo el mundo.

Deporte, familia, aventura, gastronomía, fiestas, relajación, paisajes, monte, nieve, ríos, senderos, rutas, buena gente. La Sierra del Segura tiene algo especial y un maldito incendio no va a cambiarlo. La zona se recuperó tras el dantesco desastre de 1994. Ahora no van a ser menos. Les conozco, tienen los huevos más gordos que San Bartolo. Sacad vuestras agendas: Fiestas a finales de Agosto, Feria de Tradiciones en otoño, Navidad, Semana Santa. Nos esperan el castillo, el hotel, el convento, el puente Vizcaínos, un potaje bochero, bañarse en el río Mundo, tirarse en bici ladera abajo, caminar sin cobertura durante horas, que se te caigan encima las estrellas, bañarse en el río Segura, poner los pies helados frente a la chimenea, correr dando saltos entre piedras, subir al Ardal y ver hasta Sierra Nevada si el día es claro, nadar en el Pantano de la Fuensanta, ver buitres sobre tu cabeza, cruzarte con un jabalí o una cabra montesa, arañarte las piernas con las carrascas, subir a la Borriqueta, oler a chusmarro, comer ajopringue, pipirrana, oreja, rabo. Las sandías de Llanomajano. Los Chorros del Río Mundo, Tus, Liétor, Nerpio, Letur, Boche, Riopar, La Graya o Rala seguirán acogiéndonos con los brazos abiertos.

Y cuando vengas verás el maravilloso cartel a la entrada del pueblo: “Llegas a Yeste, estás en tu casa.” ¿No te parece insuperable?

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 2 de Agosto de 2017