Hace unas semanas, tras una ponencia en la Universidad en la que comenté, entre otras muchas cosas, la irrupción de la inteligencia artificial en el sector publicitario, unos alumnos me contactaron para una entrevista más centrada en las salidas laborales, lógicamente están preocupados por su futuro y yo, desde mi experiencia de 22 años trabajando, quise compartir con ellos estas reflexiones, que ahora traslado a esta columna, partiendo de la base de que tenemos claro que la inteligencia artificial está cambiando el panorama laboral a una velocidad pasmosa:
- Impacto en el empleo: Sí, la IA está automatizando tareas rutinarias, pero esto no significa que se vayan a perder empleos en masa. Más bien, nos moveremos hacia roles especializados en habilidades como la creatividad y el pensamiento crítico. ¡Sorpresa!
- La IA en la publicidad: En N7, la IA es nuestra aliada, nos permite segmentar audiencias con precisión quirúrgica, personalizar campañas al momento y optimizar nuestras estrategias de marketing. Esto significa más eficiencia y mejores resultados para nuestros clientes.
- Aspectos positivos: Con la IA, tenemos acceso a herramientas de análisis de datos avanzados que impulsan nuestras decisiones y liberan nuestra creatividad, de modo que automatizando tareas repetitivas nos centrarnos en la innovación de otras facetas más «humanas» que siempre harán falta.
- Aspectos negativos: Uno de los mayores riesgos que yo veo será la dependencia excesiva en la IA y la pérdida del toque humano en las decisiones. Mantener un equilibrio entre la automatización y nuestra intervención es clave, al igual que gestionar la IA de manera responsable para evitar sesgos y proteger la privacidad o iremos hacia un pensamiento global cuadriculado.
- Creación vs. Reemplazo de empleos: Creo que IA reemplazará algunos empleos, pero también creará otros ahora inexistentes: la clave para las nuevas generaciones será su capacidad de adaptación y aprendizaje de nuevas habilidades. Esto ha pasado mil veces en la historia de la humanidad, no somos especiales ahora.
- Preocupaciones de los empleados: La comunicación transparente y la formación continua son claves para calmar las hipotéticas preocupaciones de nuestros equipos y poder adaptarnos juntos a estos cambios tan emocionantes a la par que retadores. Los equipos son personas, y la IA no es una persona, es una herramienta.
- Regulación de la IA: Como empresario abogo por una inversión pública en formación sobre IA y un aumento de la transparencia para proteger los datos personales y así establezcamos un marco ético sólido y equilibrado. Pero ojo, que esto no sirva para acomodarse y decir que la IA es muy mala y blablabla… Más aprender y entender, para luego tomar decisiones.
En resumen, la inteligencia artificial es una oportunidad para un futuro laboral más emocionante y sostenible. Nunca nadie como los jóvenes de hoy en día había tenido la posibilidad de ser actores principales de esta revolución tecnológica, tienen las herramientas y el conocimiento para hacer de esta su especialidad en casi cualquiera que sea su sector profesional, siempre manteniendo un equilibrio entre la tecnología y el toque humano, tan necesario como inusual ciertas veces en las generaciones que vienen, como buen casi cincuentón que soy, sigo pensando que un apretón de manos o tomarse una cerveza cara a cara nunca pasará de moda.