La fuerza del grupo

Dicen que fue Confucio el que con “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar en tu vida” lanzó una perla en forma de frase a la que todos deberíamos orientar nuestra existencia y objetivos, mezclando vocación, pasión, profesión y misión en la vida, como un punto de fuga continuo.

Tengo la suerte de encontrarme hace tiempo en la búsqueda de ese lugar y creo estar cada día más cerca, si no ya dentro.

Pues esa maravilla de fusionar trabajo y placer ha tenido un nuevo capítulo estos días en Sierra Nevada, donde he compartido concentración deportiva con una tropa de triatletas de alto nivel liderados por mi hermano (Jorge Preparador) y con el patrocinio de N7, mi agencia de comunicación, publicidad y marketing online.

Grandioso mejunje.

El plan, sencillo y directo: entrenar como locos, algo de vida social (Covid-19 mediante) y ver el Tour de Francia (a última hora descartamos el viaje a Pirineos por motivos evidentes). Imagina qué curioso plan, compartir mismos objetivos deportivos que el grupo (homogeneidad) y congregar la variedad personal del mismo (heterogeneidad) en varios apartamentos de alta montaña con enormes terrazas donde hacer vida en común (con todas las medidas de seguridad, por supuesto) disfrutando del paraíso en la Tierra que es Pradollano y sus alrededores: interminables rutas en bici (Alpujarra incluida), senderismo por los techos de la península y hasta natación en un pantano. A solo 3 horas de Murcia puedes por la mañana pasar frío con ropa térmica de invierno y por la tarde chapotear con treinta grados en pleno verano.

No es la primera vez que desde aquí escribo sobre deporte, una maravilla que te permite conocer gente y lugares, te ayuda a gestionar mejor la carga laboral y además te mantiene en un estado de salud (física y mental) envidiable, algo especialmente valioso en estos convulsos tiempos. Algunas cosas son mejores en solitario, otras en grupo. La cantidad de cosas que he aprendido. Que ellos y la naturaleza me han enseñado.

En estas concentraciones sacas impulso de donde no sabes que existe, con horarios y procedimientos diferentes a los rutinarios, personas que conoces muy intensamente y te aportan el tan necesario “otro punto de vista”, sintiéndote parte de algo más grande que tú mismo, eso que desde la prehistoria llamaban tribu y a mí me gusta llamar grupo, el que aporta la fuerza.

La que, si nos ponemos serios, a todos nos sobra cuando hace falta.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
9 de septiembre de 2020


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Triatlon de Santa Pola 2013

El Triatlón de Santa Pola supone un doble reto para mí: segundo triatlon completo (ya he hecho dos duatlones) y segunda vez que vuelvo a la localidad alicantina después de la lesión en la Media Maratón del pasado mes de Enero. Afronto ambos con tranquilidad, la (poca) experiencia que ya voy teniendo en competición se nota. Qué lejos quedan aquellas 150 pulsaciones en la línea de salida de mi primera carrera, allá por Marzo de 2011.

Triatlon Santa Pola 2013

Esta vez, además, me acompañan mis tres mejores fans: mi mujer y mis dos hijos, en la mañana del domingo 9 de Junio. Ver la playa a rebosar, con casi 1.300 triatletas en la orilla esperando su turno no se me va a olvidar fácilmente. Por delante 1.000 metros a nado, 18,8 km en bici de montaña y 4,8 km de carrera a pie.

Triatlon Santa Pola 2013

Carente de una excelente forma física y consciente de que nunca quedaré entre los primeros en una carrera, me dicen (y sé) que tengo buena cabeza para el deporte. A pasión, fortaleza mental, fijación por los objetivos fijados, compromiso y fuerza de voluntad, no me gana casi nadie. Tanto en la vida profesional como en el deporte. Y para muestra este relato.

La salida del primer sector, natación, se realiza por grupos, y se produce puntualmente a las 10:00, con los federados (300 inscritos), sólo 3 minutos más tarde, salen las chicas, y 9 minutos después les toca a los de los gorros verdes, entre los que me incluyo. No sé por qué, pero me pongo en primera línea, arrastrado por la masa de gente. Una decisión que posiblemente haya sido clave. Suena el silbato y nos tiramos como locos al agua, viendo en el horizonte la mancha de nadadores casi cruzando el primer espigón.

Triatlon Santa Pola 2013

Comienzo bien, intentando controlar la respiración, el agua está tranquila y, pese a la cantidad de gente, no hay demasiados golpes. De vez en cuando levanto la vista para no perderme las boyas (no me pase como en Agramón donde realicé una trazada digna de un borracho) y veo que voy estupendamente, no tengo a casi nadie delante de mi grupo y me flanquean dos o tres nadadores por cada lado, incluso hemos llegado a la altura de algunas chicas. Pinta muy bien este sector.

Triatlon Santa Pola 2013

He programado el pulsómetro para que vibre a los 500m y así poder tener una referencia, levanto de nuevo la vista y veo que, aparentemente, sigo bien situado cuando de repente noto como alguien me pone el brazo en la parte trasera del hombro derecho. Sin tiempo a reaccionar, otro brazo se coloca sobre mi hombro izquierdo y entre los dos me hunden. Siento como una bestia parda pasa por encima de mí y sigue su camino. Menos mal que no he tragado agua ni me he llevado una patada. Miro hacia atrás, veo que somos ciento y la madre y algunos de los que han salido 3 minutos después de mi grupo, que son los más jóvenes, nos han dado caza. Me siento como un pez de acuario en medio del Pacífico, comenzar el primer tramo con una humillación así podría hundir a cualquiera, pero saco mi lado optimista (no tengo otro) y me convenzo de que debe ser uno de los que hará podio, por lo menos.

Triatlon Santa Pola 2013

Giro el segundo espigón y enfilo el arco de llegada en la arena con sosiego y seguridad al no ver ningún gorro verde por delante. Cuando toco fondo con los pies comienzo a correr y, voilá, miro que llevo 16 minutos largos, lo que significa que mis intuiciones eran ciertas y voy como un tiro, como demuestra la sonrisa que lanzo a mi familia, que está en la orilla gritándome de todo mientras me hacen fotos. El tiempo oficial de este tramo es de 18m27s, ¡haciendo el puesto 246!

Triatlon Santa Pola 2013

Paso bajo los arcos de agua para quitar un poco de sal y, sin dejar de correr ni un momento, me dirijo a los boxes. Hay muchas bicis, buena señal. Llego a la mía, bebo agua. Me pongo la gafas y el casco, el dorsal, los calcetines y las botas, y salgo como alma que lleva el diablo, arrastrando la bici con una mano. Por un momento me siento Javier Gómez Noya. Todo el mundo sabe que si no te flipas un poco y disfrutas de las transiciones, ni eres un triatleta ni eres nada.

Comienzo el segundo sector confiado. Si sigo así, acabaré muy bien. Pero dura poco mi alegría. La carretera se pone patas arriba enseguida y comienza mi sufrimiento. Rampas de vértigo saliendo del pueblo en dirección a la Torre del Moro donde me adelantan muchas unidades. Está claro que mi talón de aquiles es la bici, se nota que es lo que menos entreno y estoy pagando las consecuencias. Aún así, sonrío cuando miro a cámara y voy dando ánimos a los que me adelantan como balas.

Triatlon Santa Pola 2013 Triatlon Santa Pola 2013

A mitad de recorrido comienza una falsa bajada, con un terreno pedregoso que provoca algún pinchazo, y más o menos, continúa así hasta que volvemos al pueblo. Viendo luego el perfil, no es especialmente duro, pero se me atragantó muchísimo. Al final consigo, más o menos, seguir la rueda de un grupo. Lo malo de la salida escalonada, es que no sabes realmente dónde estás en carrera, puede que adelantes a alguien que saliera antes que tú, o viceversa. Es mejor no pensar mucho en eso. Aún así, me siguen adelantando sin parar, excepto en la zona final, de bajada más pronunciada, donde saco mi lado positivo (soy buen bajador), y consigo recuperar algunos puestos.

Triatlon Santa Pola 2013

Tiempo de este sector: 46m23s, quedando en el puesto 442. Al final me han adelantado unos 200 ciclistas, que se dice pronto, y he tirado por tierra todo lo conseguido en el primer sector. De nuevo, podría haberme hundido en la más absoluta miseria, pero no, saco fuerzas de niyosedónde, dejo la bici en la percha, cambio de zapatillas, me quito el casco, giro el dorsal y me lanzo a correr, convencido de que es mi mejor sector hasta la fecha y tengo que alcanzar todo lo perdido en las dos ruedas.

Triatlon Santa Pola 2013 Triatlon Santa Pola 2013

Encaro el tercer sector concentrado en estos pensamientos, y deseando llegar a meta con buena cara al ver a mi familia, pongo la directa desde el primer metro, haciendo unos muy buenos parciales y adelantando mucha gente. Tiro de cabeza para pensar que, como mucho, quedan 20 minutos y poco, así que pienso exprimirme. Sigo pasando gente, recuperando parte del terreno perdido en la bici. Algunas caras me suenan y me reconforta pensar que puedo volver al puesto en que salí del agua… Se hace dura la parte final, sobre todo al girar y dar la vuelta por el paseo marítimo, junto a la orilla del mar, pero aprieto un poco más y… ¡consigo un parcial de 4:24 min/km y el puesto 252!

Triatlon Santa Pola 2013

Cruzo la meta con una sonrisa de oreja a oreja. Satisfecho de este tercer sector y de la carrera en general, en la que acabo en el puesto 323 de la general (de casi 1.300 participantes) con un tiempo total de 1h31m55s. Puedo estar más que contento. Aprovecho para dar un Sobresaliente a la organización, se nota que saben lo que hacen, y al público, que no dejó de animar en todo el recorrido. Acabo este relato volviendo al inicio, convencido que una gran parte del éxito en cualquier cosa que te propongas está en la mente. No hay dudas de que entrenar ayuda, está claro, pero la fuerza de la cabeza es el plus que hace superarte día a día. Al menos a mí me funciona.

NOTA: Fotos propias y de la web Triatlon Santa Pola 2013.