Japón, tan lejos y tan cerca

Siempre he sentido cierta pasión por la cultura oriental, mi primer tatuaje (ya inexistente tras el correspondiente y doloroso borrado) era un hanzi de dudoso significado, he leído y visto libros y películas de esa parte del mundo con frecuencia e incluso aprobé primero y segundo de Chino en la Escuela Oficial de Idiomas, aunque tuve que dejármelo en tercero por una mezcla del aumento exponencial de la dificultad en ese curso y la falta de tiempo para estudiar y poder seguir las clases con solvencia conforme mi empresa iba creciendo.

Nunca me he quitado la idea de viajar a esa otra zona del planeta, tan lejana y a la vez, conforme se va globalizando esto a la velocidad del rayo, tan cerca. Por eso, tas un intento fallido en 2020 por culpa del Covid, vuelvo a la carga con una idea, loca quizá, pero en la que siempre he encontrado acompañantes: viajar a una gran urbe mundial y correr su maratón.

Ya fuimos en 2014 a Nueva York, con una carrera absolutamente sobrevalorada en mi opinión, quizá por el frío polar que nos tocó sufrir, porque era mi primera maratón o por las continuas subidas y bajadas que suman un considerable desnivel (crónica aquí). Repetimos en 2015 yendo a Berlín, un paseo por la pradera, temperatura ideal, aunque a cambio te toca entrenar las tiradas largas en el pleno verano murciano y eso es un verdadero suplicio, un recorrido precioso y circular, practicamente plano (crónica aquí).

La próxima parada es Tokio, en 2025, con tiempo suficiente para prepararnos física y económicamente, es un viaje caro pero claro, es que vamos a tirarnos 10 días conociendo Japón, su cultura, sus templos, sus míticas montañas como el Monte Fuji, moviéndonos en tren bala de una ciudad a otra (Tokio a Kioto), conociendo sus lagos, balnearios y seguro que comiendo el mejor sushi que nunca hayamos probado.

Para dar a conocer este nuevo periplo, presentamos por todo lo alto el propyecto hace unos días, y gracias a los patrocinadores y colaboradores, además de un gran descuento de grupo que nos ofrece la organización, viviremos de nuevo una aventura inolvidable.

A tiempo estás de unirte a nosotros.

¿Qué, te animas?


Toda la info aquí: «Maratón de Tokio 2025»

Pedaleando en las alturas

El abanico de metas deportivas que puedes alcanzar con tus propias manos se va lógicamente estrechando conforme cumples años, por eso una de las mejores razones para seguir disfrutando de una buena forma física al ir envejeciendo es precisamente luchar por mantener abierta esa gama de opciones, al ritmo que te marque el cuerpo. Rodearte de buenos deportistas es vital en este asunto, todos sabemos que cuando uno va solo puede llegar rápido pero yendo acompañado llegará siempre más lejos. Si además esos deportistas a tu lado son buenas personas, llegarás rápido, lejos y gozarás por el camino, sufriendo a la vez que sonríes.

Ha sido esta la cuarta vez que desde la agencia patrocinamos el stage ciclista que Jorge Preparador organiza cada año, las tres primeras ediciones en Sierra Nevada, este 2023 en los Pirineos, viviendo en nuestras carnes la magia del Tour de Francia, tanto en directo, vimos dos etapas, como en primera persona pedaleando, pues escalamos, toma nota, los míticos Soulor, Aubisque (por las dos caras), Hautacam, Marie Blanque, Cauterets-Cambasque, Tourmalet (por las dos caras) y Luz Ardiden. Ni en mis mejores sueños pensé que podría subir estos colosos con cierta frescura.

Cada uno de esos puertos tiene su historia, a la que sumamos la nuestra, sus detalles y momentos, pasando en un día, como suele pasar en la alta montaña, del frío y la lluvia con dedos helados, chubasquero, guantes y braga de cuello calada, al calor extremo con la imprescindible hidratación y necesidad de reponer bidones en cada fuente o arroyo que nos encontramos.

Para el recuerdo un buen montón de instantes épicos, de vivencias interiores reconfortantes y situaciones constructivas, por fuera y, sobre todo, por dentro en lugares tan místicos como Lourdes, quien me lo iba a decir a mí. Excelente organización, unos parajes inolvidables y una compañía inmejorable, siempre liderados por mi hermano (y preparador) que sabe guiar a su gente con maestría, mano dura y motivación constante.
Un lujo para mí personalmente poder seguir disfrutando de estas semanas deportivas a mitad de verano y un lujo para mi empresa poder apoyar estas iniciativas para acercar las bondades del deporte a todo el mundo. Este año he quedado el último en casi todos los puertos, debo reconocerlo, pero ya firmaban los chavales que vienen a estos viajes llegar a los 50 en el estado de forma que me encuentro.

Si alguna vez me pierdo, podríais encontrarme en la montaña, con la que cada vez me siento más identificado. Si alguna vez te sientes perdido, quizá puedas encontrarte en la montaña.

El rey del mundo

No creo que exista nadie en el mundo que no conozca a Mohamed Ali (el boxeador estadounidense nacido Cassius Clay) y tampoco creo que mucha gente conozca su tremenda historia (más allá del deporte del cuadrilátero) y cómo puso patas arriba tantas cosas a tantos niveles.

Jonathan Eig en su libro “Vida de Alí” de la editorial Capitán Swing ha necesitado 700 páginas, que he devorado, para ordenar la inmensa cantidad de material originado gracias a cientos de entrevistas, metraje audiovisual o registros del FBI, y poder escribir esta amplia biografía de una de las figuras más icónicas y controvertidas del deporte mundial de todos los tiempos. Y más que eso, personalmente no tenía ni idea de la implicación e influencia de Ali en tantísimas facetas de la sociedad americana de los 60 y 70 del siglo pasado y que tantos años después sigue teniendo.

El libro está magistralmente compuesto, repleto de anécdotas, frases y citas, construyendo página a página la imagen de un chaval de Kentucky que removió los cimientos de toda una generación a través de una personalidad cuanto menos, diferente, pasándose por el forro todas y cada una de las convenciones que no le encajaban. Pugilísticamente ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos y fue varias veces campeón mundial de los pesos pesados, despojado del título entre medias por declararse insumiso a la guerra de Vietnam (una de las primeras personas famosas, sino la primera, en hacerlo) con las consecuencias que aquello le supuso.

Siempre en contra del racismo y poniendo su religión por encima de (casi) todo, perteneció a la Nación del Islam (organización religiosa y política para fomentar la conciencia espiritual, social y económica de los afroamericanos) mantuvo diferentes relaciones con Malcom X y Martin Luther King, nada menos, jugando muchas veces en el filo de la navaja, nunca se podía saber hasta qué punto su implicación en algunos asuntos era real o una simple fachada. Su charlatanería pugnaba con sus valores y no era raro que tuviera tantos animadores como detractores, acusado de traidor y antipatriota, maltrataba y despreciaba a diestro y siniestro.

Sus constantes problemas familiares, mujeriego empedernido, su dejadez física entre combates en los que podía coger y perder un buen montón de kilos, su total ausencia de control financiero, ganaba y pulía millones de dólares en tiempo récord, unido a otros miles de anécdotas que nos cuentan en su biografía, reflejo de una vida furiosamente frenética que desemboca en su final declive físico, hacen de su historia algo digno de conocer e intentar comprender. Se llamaba a sí mismo el rey del mundo y por momentos no hay duda que pudiera serlo o al menos pensarlo con ciertos argumentos.

Quizá por eso me haya gustado tanto esta lectura, por la sorpresa. Os recomiendo echarle unas horas, merece la pena. Y más ahora, en estos tiempos de corrección política extrema, de cultura de la cancelación y querer juzgar todo lo que pasó ayer con los raseros de hoy.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
La Verdad de Murcia
Marzo 2023

¿Son deporte los e-sports?

Cuando una industria crece tanto como para llamar la atención de diferentes actores económicos a distintos estratos y con un alto componente de transversalidad el motivo debe ser importante. Ese algo en los videojuegos es que ya mueven más que el cine y la música. Juntos. Se estima que hay 2.500 millones de vídeo-jugadores en el mundo. Y a estos números que comienzan a retumbar en los tímpanos de productores, inversores y público final (lo más importante), toca una nueva vuelta de tuerca con la proliferación de los deportes electrónicos (e-sports).

Ya a nivel publicitario el sector está ojo avizor con el tema, los “gamers” mueven tanta o más gente y pasta que los deportistas top mundiales. Si las retransmisiones de un equipo de fútbol son de pago, la alternativa digital en Twitch (o cualquier otra plataforma) se come a pasos agigantados el gap que existía entre estos públicos / plataformas que prefieren la gratuidad e inmediatez de una partida en directo del FIFA. Para más información, un chaval de Alhama llamado “The Grefg” rompió el record mundial de audiencia en esta plataforma (que se dice rápido).

La propia publicidad de los estadios se puede adecuar a la audiencia, ya sea en el campo de juego real o el de la Playstation, y no está lejos el momento en que podamos definir personalizadamente qué y cómo se muestra cada anuncio a qué tipo de target publicitario, tal como ya podemos hacer cuando navegamos o nos descargamos una app. Real time biding (RTB), re-marketing, anuncios de display actualizados en tiempo real o cualquier nueva idea de publicidad online que surgirá al compás de estos nuevos sectores de entretenimiento.

Existen ya equipos reales orientándose al online, ligas personalizadas con su calendario, canales de televisión propios, patrocinadores… Incluso se comenta que el Comité Olímpico Internacional está valorando incluirlos en alguna competición real en breve, un paso iniciado cuando aceptaron los “e-sports” como actividad deportiva. Hablando del tema, ya han sido muchas las marcas que proporcionan ropa especializada o pruebas médicas a este tipo de “deportistas” que se ven sometidos por momentos a altos ritmos competitivos.

La pandemia no ha hecho sino acelerar este proceso que pone sobre la mesa muchos interrogantes, mucha información por analizar y, sobre todo, muchas preguntas sin respuesta, principalmente porque sólo conocemos la punta del iceberg de un asunto que, sin duda, va a dar que hablar a muy corto plazo.

En resumen, ¿son deporte los e-sports? Mi respuesta, como persona que evoluciona, ha cambiado en los últimos años. ¿La vuestra?

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
La Verdad de Murcia
Julio 2021

En favor del postureo.

Un amigo de mi club de triatlón acaba de terminar la carrera de administración y dirección de empresas sacándose el último curso en México. El otro día colgó una foto de una cristalera de su universidad en la que se podían leer varias palabras serigrafiadas a modo de valores para los alumnos. A modo de enseñanza y ejemplo, digo yo, puesto que según reza la Wikipedia es la universidad más grande de América Latina, así como una de las 30 más conocidas del planeta. Dediqué un buen rato a transcribirlas: fortaleza, educación, libertad, compromiso, disciplina, excelencia, honradez, firmeza, liderazgo, confianza, comunidad, aprendizaje, razón, crecimiento, honor, lógica, aptitud, convicción, conciencia, ética, responsabilidad, tolerancia, congruencia, determinación, tolerancia, verdad, motivación, dignidad, pasión, respeto, orgullo, honestidad, equidad y justicia.

Ni rastro de humildad. ¿Afortunadamente? Sí, creo que es un concepto totalmente manido y sobrevalorado. Casi nadie puede atribuirse ese adjetivo, tan denostado y mal usado. Humilde de verdad ha sido poquísima gente en el la Historia de la humanidad. La inmensa mayoría de personas que se autodefinen como humildes no son más que alguien del montón que disfraza de humildad su falsa modestia. En España estamos rodeados de mediocres amargados que intentan tirar por tierra el esfuerzo de los demás criticando aquello que quizá no entienden.

No quiero políticos humildes, quiero que sean excelentes gestores y que presuman de ello. No quiero deportistas humildes, quiero que se dejen la piel en los entrenamientos, que destrocen a sus rivales en las competiciones y que, respetando las reglas del juego, estén orgullosos de batir continuos récords. Pero sin engaños, por favor. Harto de esos que dicen que no han entrenado, que les duele esto, que ayer sus hijos no durmieron, que no están en forma, que a ver si acaban… Y luego te pasan por encima. Señores, seamos serios.

En el mundillo del triatlón, como en los demás supongo, tenemos este tipo de gente que lo critica todo. Si tienes un patrocinador, malo. Si no lo tienes, peor. Si te emocionas por un puesto quince eres un flipado, si quedas por debajo del treinta eres un paquete y si ganas es porque no había rivales de entidad. Dejadnos en paz, flipándonos con nuestras marcas, nuestras mejoras, nuestros piques, nuestras equipaciones, nuestro postureo. Son nuestras vidas, dejadnos vivirlas.

Me encanta ver «flipados» en las carreras, triatletas que no andan ni para atrás pero llevan el último modelo de pulsómetro, la mejor bicicleta de carretera y se embuten en el neopreno más rápido del mercado. Suben cada entrenamiento con cientos de fotos a las redes sociales y se pican con sus compañeros de equipo apostándose el desayuno. Si te molestan, deja de seguirles. Gracias a este grueso de deportistas la industria se mueve. Los clubes existen. Los patrocinadores obtienen retorno a sus inversiones. Es sencillo. Otro amigo les llama paquetes full-equip. Y muy contentos deben estar, siempre serán mejores que aquellos que se quedan en el sofá o el Facebook criticándolos.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tom
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Art
ículo publicado en La Verdad de Murcia el 8 de Junio de 2016

Fecha original de publicación:8 junio, 2016 @ 16:23

La fuerza del grupo

Dicen que fue Confucio el que con “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar en tu vida” lanzó una perla en forma de frase a la que todos deberíamos orientar nuestra existencia y objetivos, mezclando vocación, pasión, profesión y misión en la vida, como un punto de fuga continuo.

Tengo la suerte de encontrarme hace tiempo en la búsqueda de ese lugar y creo estar cada día más cerca, si no ya dentro.

Pues esa maravilla de fusionar trabajo y placer ha tenido un nuevo capítulo estos días en Sierra Nevada, donde he compartido concentración deportiva con una tropa de triatletas de alto nivel liderados por mi hermano (Jorge Preparador) y con el patrocinio de N7, mi agencia de comunicación, publicidad y marketing online.

Grandioso mejunje.

El plan, sencillo y directo: entrenar como locos, algo de vida social (Covid-19 mediante) y ver el Tour de Francia (a última hora descartamos el viaje a Pirineos por motivos evidentes). Imagina qué curioso plan, compartir mismos objetivos deportivos que el grupo (homogeneidad) y congregar la variedad personal del mismo (heterogeneidad) en varios apartamentos de alta montaña con enormes terrazas donde hacer vida en común (con todas las medidas de seguridad, por supuesto) disfrutando del paraíso en la Tierra que es Pradollano y sus alrededores: interminables rutas en bici (Alpujarra incluida), senderismo por los techos de la península y hasta natación en un pantano. A solo 3 horas de Murcia puedes por la mañana pasar frío con ropa térmica de invierno y por la tarde chapotear con treinta grados en pleno verano.

No es la primera vez que desde aquí escribo sobre deporte, una maravilla que te permite conocer gente y lugares, te ayuda a gestionar mejor la carga laboral y además te mantiene en un estado de salud (física y mental) envidiable, algo especialmente valioso en estos convulsos tiempos. Algunas cosas son mejores en solitario, otras en grupo. La cantidad de cosas que he aprendido. Que ellos y la naturaleza me han enseñado.

En estas concentraciones sacas impulso de donde no sabes que existe, con horarios y procedimientos diferentes a los rutinarios, personas que conoces muy intensamente y te aportan el tan necesario “otro punto de vista”, sintiéndote parte de algo más grande que tú mismo, eso que desde la prehistoria llamaban tribu y a mí me gusta llamar grupo, el que aporta la fuerza.

La que, si nos ponemos serios, a todos nos sobra cuando hace falta.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
9 de septiembre de 2020


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Strava, la red social de los deportistas

Strava

Hoy voy a hablaros de Strava, la red social donde los deportistas aficionados (y cada vez más profesionales) compartimos nuestros entrenamientos. El deporte entró un pelín tarde en el mundo del social media principalmente debido a que cada marca tenía su propia plataforma hasta que Strava (que significa “esfuerzo” en sueco) homogeneizó sistemas y puso en marcha un portal para compartir y comparar a gran escala. Da igual si corres, nadas o montas en bici. No importa si usas Garmin, Polar, Suunto, TomTom o tu propio teléfono móvil. Strava sirve para todo.

Más tarde llegaron los segmentos, una de las claves de la viralización de esta fantástica app: tramos personalizados de cualquier recorrido en los que puedes retar a tus compañeros de club, ver clasificaciones por edad o por sexo, por día o por año. Imaginad los piques (sanos e insalubres) que se producen. Doy fe. Y quién sabe si gracias a esta competitividad se ha producido el aumento exponencial de sus usuarios (más de 50 millones) y por extensión de deportistas en nuestras calles. Un proyecto iniciado en 2009 en San Francisco, que cuenta con miles de millones de actividades compartidas, de las cuales el 54% son ciclismo y más del 30% de running. No es difícil imaginar el inabarcable abanico de oportunidades de marketing que se abren con este inmenso caldo de cultivo.

Porque las estadísticas que encontrarás aquí son de lo más variado y productivo para mejorar tus entrenamientos: tiempos, distancias, ritmos o equipación usada. Ejemplos: respecto al Maratón, prueba reina del atletismo, un 5,2% de los atletas completaron los míticos 42 kms en 2019, frente al 4,8% en 2018, y la marca media para terminarla fue de 3 horas 58 minutos. Si nos pasamos a las estadísticas ciclistas: la media de desnivel positivo que el usuario medio asciende pedaleando al año es de 7.874 metros, la mitad de lo que los ciclistas del Tour de Francia escalan en solo tres semanas de carrera (15.775 metros). Acojonante.

Por cierto, y para los fans del ciclismo: el 39 % del pelotón del último Tour de Francia registró sus actividades aquí, entre las que hay 8 victorias de etapa. Me los puedo imaginar yendo al podio mientras su equipo anda buscando wifi para subirlas.

Para acabar, algunas curiosidades: un usuario corrió 100 maratones en 100 días y otro corrió todos los días del año por séptimo año consecutivo. Desahoga pensar que siempre hay alguien más zumbado que uno.

Y dejo para el final mi dato preferido: según fuentes de Strava, en 2019 se entrenaron de manera global 7.000 millones de kilómetros, que se dice pronto. Con una apreciación interesante: los entrenamientos realizados en grupo suelen ser el doble de largos que los que hacen de manera individual y además son un 6% más rápidos.

El deporte, como muchas cosas en la vida, mejor en buena compañía.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
22 de enero de 2020