Imagino que has entrado a este blog animando por el título del post, pensando en encontrarte algo bueno sobre alguien, algo bueno quizá sobre mí, algo bueno del mundo en general…
Lamento decirte que te has equivocado. Todo lo bueno que vas a encontrar en esta entrada es especialmente para tí. Yo que odio el coaching y optimismo barato que inunda nuestros muros de Facebook y timelines de Twitter, tengo claro el gran poder del que cada uno de nosotros disponemos, infinito, inefable, inmenso, inabarcable: El don de dar palabras de aliento a los que las necesitan de verdad.
Cuéntale al mundo algo bueno en el próximo post, tuit, wasap o sms y déjalo unas horas, sin poner nada más. Déjalo que corra, que se contagie, que viralice positivismo del bueno, del real, del que puede animar conciencias y arreglar problemas. No del baratero y chapucero que huele a mentira por los cuatro costados.
Tienes la fuerza, sólo hay que encontrarla y obligarla a que despierte.
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