Sudores fríos en Septiembre.

Los años comienzan naturalmente en Enero pero Septiembre tiene más tirón. Exceptuando las típicas y poco útiles declaraciones de intenciones como apuntarse a un gimnasio o dejar de fumar no hay color entre ambos meses a la hora de comenzar ideas o proyectos. En Septiembre empieza todo: el nuevo curso de tus hijos, los nuevos clientes, las nuevas campañas, las diez llamadas, los cien whatsapp, los mil tuits. En Septiembre vuelven los entrenamientos conjuntos y los paseos por la ciudad en familia, vuelve la bici urbana y escribir con boli y papel, vuelven los pantalones largos y la oficina. En Septiembre vuelven los viajes, vuelve el tren y el avión, el portátil y vuelve el reloj. También vuelven las comidas con amigos y las reuniones de trabajo, los planteamientos a largo y las ejecuciones a corto.

Septiembre, bienvenido siempre.

En Septiembre vuelve la formación y bendita sea, nos hace crecer como alumnos y nos hace aprender como profesores. Ya he perdido la cuenta de las charlas, seminarios y ponencias que he impartido en los últimos años, de la cantidad de interesantísimas personas con las que gracias a esto me he cruzado, de los preciosos lugares en los que he estado gracias a esta pasión que me vino de rebote, como suelen aparecer aquellas que no son vocaciones pero con el tiempo se hacen imprescindibles.

Estaba sentado escuchando a un señor que rondaba los sesenta, con un sueldo fijo y seguramente no pequeño, sentando cátedra sobre las bondades del emprendimiento. No hablaba mal pero de pasión iba justo, no se expresaba mal pero no había sentido en sus carnes el gusanillo del funambulismo que provoca arriesgarte cada día. Entonces decidí que ese señor tendría que ser yo. Y con mucho desliz, aprendizaje y cabezonería, acabe siéndolo. Al menos de vez en cuando, cuando me pongo frente a un auditorio y todavía me viene el sudor frío. Ese que despierta y refresca. Que no se vaya.

Sigo asistiendo a cursos como alumno, eso faltaba, algunos por internet y otros en directo, y sigo aprendiendo cada día afortunadamente. Recuerdo la primera vez que hablé en público, en primero de carrera, sudor frío. Recuerdo la primera vez que impartí una clase, en un máster de la Universidad de Murcia, sudor frío. Recuerdo la primera vez que organicé un curso propio, nervios para llenarlo y, cómo no, sudor frío.

A la vista, y en breve, Murcia, Madrid, Barcelona, Granada y Menorca como lanzamiento de este nuevo curso y más de una sorpresa en forma de ponencias personalizadas e individuales, una de las posibilidades formativas que más están funcionando últimamente. Más trabajo pero más efectivas, sin duda.

Vuelve Septiembre y la agenda echa fuego. Gracias sudor frío por equilibrar esta temperatura.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 6 de Septiembre de 2017