Primero por dentro

De poco sirve el espejo, o lo que éste refleja peinado, cercano y perfumado, si lo que no se ve está podrido o en vías de tal cosa. Lo de dentro, lo invisible, huele a kilómetros y al final sale a la luz sustituyendo la piel, la cáscara, el envoltorio.

Estos días, complejos en fondo y forma, nos pasan por encima alterándonos a nosotros y a nuestras rutinas hacia un nuevo e improvisado quehacer principal: sortear unos obstáculos sobre los que nunca nadie nos había hablado. Es ahora cuando brillan ciertas personas, ciertos comportamientos. Es hoy cuando estamos llamados a la conversación, al acuerdo y a la calma. Más fácil escribirlo que hacerlo, nos ha jodido, pero toca continuo examen de conciencia y ver en qué podemos mejorar y ayudar a los demás.

En una sociedad perfectamente diseñada si nos atenemos a los conceptos burocráticos del asunto, con los cabos atados, las aristas pulidas y los resquemores limados, toma un protagonismo crucial la forma de encarar los problemas. Y en esto los que deciden, ya sea en una familia, en una empresa o en un gobierno, tienen el reto y la oportunidad de sus vidas.

Nadie ha enseñado a los padres las nuevas situaciones familiares, a los empresarios la nueva normalidad de mercado ni a los políticos las nuevas reglas del juego. Pero es que solo han fallado los últimos, haciéndonos sentir constante vergüenza ajena viendo el circo en que han convertido sus debates, los estercoleros en que se mueven como pez en el agua usando sin más criterio que el bélico un arma con otros variados modos de empleo y un valor más que inmenso: la palabra.

Gánense el sueldo, señorías (nacionales, regionales y locales), hagan de una vez lo que de ustedes se espera, lo que hasta un niño entendería como prioritario: la salud de las personas, el bienestar de los ciudadanos y la educación entendida como respeto a las ideas del de enfrente en un horizonte a recorrer juntos. En esto, por una vez, soy pesimista, primero tendrán que limpiarse por dentro y, francamente, lo veo difícil.

Si no se ven capaces, millones de españoles están preparados para sustituirles. Les pagamos para que solucionen problemas no para que continuamente estén creándolos.

Tengan una pizca de decencia. Primero por dentro.

Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
21 de octubre de 2020