Pertenezco a la última generación española que tuvo que cumplir el servicio militar obligatorio. La famosa MILI planeaba sobre nuestras cabezas desde que cumplías los 18 años, pululando alrededor de la facultad y, prorrogándose año tras año. Por aquel entonces era bastante “reaccionario” (no tanto como para ser insumiso) y me declaré Objetor de Conciencia. También influyó el hecho de querer quitarme de encima cuanto antes ese muerto, para terminar la carrera “limpio”. A algunos les parecerá prehistoria, pero en los currículums de la época, junto al carné de conducir que cada cual poseía, aparecía el archifamoso: “Servicio Militar Cumplido”
Sin duda, aquella decisión fue uno de los mayores aciertos de mi vida. Me destinaron a ASPAPROS (Asociación de Padres, Protectores y Personas con Discapacidad Intelectual). Fueron 13 meses, a razón de 6 horas diarias, en las que entregué mi cuerpo al país. Paradójicamente al año siguiente fue abolido y, practicamente, ninguno de mis compañeros de clase y amigos tuvieron que pasar por el aro. Curiosamente, fue también uno de los mejores años de carrera a nivel académico, aprobé todo a lo que me presenté (creo recordar que liquidé 2º de ADE).
Recuerdo el día a día de aquella época como si fuera ayer, los primeros momentos fueron durísimos. Cuesta entender que haya gente con semejantes problemas mentales… Siempre pensaba en sus familiares, padres, hermanos… ¡Vaya papeleta! Poco a poco la cosa cambia y vas entendiendo que se trata de otra cosa, no hay que entenderlo o lamentarse, hay que vivirlo. En estos días se disputan los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y, aunque no se trate en la mayoría de los casos, ni mucho menos, de los mismos problemas (en las Olimpiadas casi todas las discapacidades son físicas) no puedo evitar recordarlo.
Matt Stutzman, arquero sin brazos del equipo estadounidense. Récord del Mundo de tiro más lejano. Nacido sin manos, aprendió a realizar todo con los pies.
Natalia Partyka, medalla de oro en Pekín y Atenas, no sólo es número 1 del ránking paralímpico, sino también número 50 del olímpico. Es la única mujer que participará en Londres en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. [Fuente: Reuters y Euronews]
Laroslav Semenenko, nadador ucraniano sin brazos. Ayudado por su entrenador a tomar la salida en los 100m espalda. Parece de chiste, pero tiene que parar chocando su cabeza contra la pared. Ganó su serie sacando dos segundos al siguiente.
Juan Jose Mendez, ciclista español. Amputados brazo y pierna izquierda tras un accidente de moto. Si has montado en bici puedes imaginar la dificultad que supone su situación.
Accidente en una prueba de atletismo. Sobran las palabras.
En este otro ENLACE hay muchas más imágenes sobre estos super-hombres.
Desde aquí un pequeño homenaje a mis “alumnos” de ASPAPROS y a todos los paralímpicos con este post y esta frase: Me alegráis la vida..
Muy bueno el artículo Nacho!
Yo recuerdo cuando te ibas aalí y algunos dias bajabas a comer y coincidiamos los dos comiendo en casa la mama. Ese año te cambió pero bien.
Un abrazo.
Pude asistir en el 92 a las Paraolimpiadas de Barcelona y quedé impresionado con la FUERZA de esa gente.
Yo me libré de la “mili” por los pelos. También me habría declarado objetor.
Bien lo sabes, hermano!
Son de otra pasta. Estos sí que son superhombres…