Revelando mi pasado fotográfico.

Hace mucho tiempo que me gusta la fotografía. Como aficionado, nada serio. Fuí uno de los primeros en tener una cámara digital, allá por el año 2000. No llegaba a 1MP de resolución y las fotos eran realmente de baja calidad. No tenía batería, funcionaba a pilas y las devoraba sin piedad.

Olympus C765UZ

En el 2004 compré una pequeña joya, la Olympus C765 UZ, un paso de gigante para un amateur como yo. Disponía de un zoom óptico de 10x y una calidad de casi 4MP. Gran compañera en muchos de mis viajes. Todavía la tengo, aunque prácticamente no la uso. La última instantánea data de 2011. Con ella he hecho, sin duda, las mejores fotos de mi vida.

Cuando no estaban arraigados los blogs y ni tan siquiera existían las redes sociales, subía algunas de ellas a esta web: Likuids.com (en la que también podéis encontrar mis primitivas composiciones musicales).

Con el paso de los años, y la evolución de las cámaras integradas en los móviles, dejé de lado el voluminoso aparato y, aunque no hay color entre unas y otras, acabé conformándome. Para rematar, la aparición de programas como Instagram (que ayuda mucho con los filtros, aunque no nos convierta en fotógrafos por mucho que nos empeñemos) hicieron el resto.

Cuando vuelva a tener tiempo libre compraré una réflex y retomaré este hobby.

 

 

 

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Mi primer Triatlon Olímpico

El cálculo es sencillo, mi mejor Triatlon Sprint lo hice en 1 hora y 23 minutos, siendo la mitad de distancia. El objetivo para el primer Olímpico será el doble de tiempo y algo de margen. Sé que no tiene nada que ver una prueba con otra, y este cálculo es, en el fondo, una estupidez, pero necesito tener referenicas. Fijado: bajar de 3 horas. Con esa cifra en la cabeza llego, más preparado que nunca gracias a Jorge Preparador, al TriWhite de San Javier. Han sido dos meses de entrenamiento metódico, aún con el poco tiempo del que dispongo (una media de 5 horas a la semana), siguiendo unas rutinas que, sin duda, me están dando alas. La agradable sensación de salir a la calle con el objetivo diario fijado. Y cumplirlo.

Llegamos a San Javier a las 7 de la mañana, de noche cerrada y con un frío importante. Vamos en busca de los dorsales, dejamos las bicis en el box y nos preparamos para la salida. El agua está caliente, se agradece puesto que no llevo neopreno, de los pocos insensatos… En la orilla está Santi, con su mujer, nos abrazamos y deseamos suerte. En mi interior le tengo como un guía, sé que nado mejor que él, pero en bici y corriendo me lleva mucha ventaja, así que puede ser una buena referencia. También vemos a Fernando, que transmite la tranquilidad que yo nunca tengo.

Triatlon San Javier 2013

Suena el bocinazo y casi 200 triatletas nos tiramos al agua. Recibo más golpes que nunca, hay poco espacio entre los dos pantalanes por los que salimos hacia la primera boya y por un momento pienso en pararme y dejar pasar, me dan contra las gafas y casi las pierdo. También me dan patadas. Nunca entiendo cómo hay deportistas con tanta mala leche, todos buscamos nuestro hueco, yo el primero, pero cuando noto que voy dando collejas a alguien, modifico un poco, o por lo menos no voy a hacer daño. Pero bueno, así es esto y en el fondo me encanta. Primera boya, bien situado, giro fácil, contacto visual con la segunda. No miro al fondo, plagado de medusas y casi al alcance de la mano. El primer problema viene cuando me entero de que son dos vueltas al mismo circuito en agua, y para comenzar la segunda hay que salir a la arena y volver a tirarnos. Corte total de ritmo.

Triatlon San Javier 2013

Comienzo la segunda vuelta más holgado, el grupo se ha estirado y nadar ahora es hasta divertido y relajado. Según mi reloj voy a un ritmo bueno, el previsto. Lo sorprendente es que marca casi 2kms cuando llego al arco de salida. Han sido 30 minutos cuando debería rondar los 26, la distancia es la misma para todos, está claro, pero por un momento pienso que quizá me he despistado en la trazada (posteriormente compruebo que no, que realmente han sido 1.850 metros, en lugar de los 1.500 previstos). A mi hermano le perdí la pista hace rato, bien por él. Veo a Santi un poco por delante, bien por él. Salgo del agua y miro hacia atrás, veo mucha gente, también hay muchas bicis colgadas. Buena señal. Voy en el puesto 53. Bien por mí.

Hago la transición tranquilo. Cómo se nota cuando preparas bien el casco, las gafas, el dorsal y las botas. Empujo la bici hasta la carretera y voy sólo, nadie por delante y nadie por detrás. Tomo el gel que me ha dado mi hermano y comienzo a pedalear con la vista fijada en el grupo de 3 o 4 unidades que tengo a unos 100 metros. La cabeza me dice que me tranquilice, pero no puedo hacer caso, me siento fuerte así que aprieto mucho y tras 2 curvas consigo contactarles para ponerme a rueda unos kilómetros. Por momentos me cuesta seguirles, vamos rondando los 37 km/h y llevo el cansancio de haber forzado para cazarlos. Se me escapan en cada giro, pero poco a poco ajusto y consigo entrar incluso a dar relevos. Es la primera vez que hago 40 kilómetros a estas velocidades. La sensación de ir a rueda y de ir en cabeza alternativamente. Sufrir disfrutando, disfrutar sufirendo. Es como sentirte dentro de una crono por equipos del Tour de Francia.

Triatlon San Javier 2013

Se trata de un circuito de 10 kilómetros al que damos 4 vueltas, con varios giros de 180º muy peligrosos a la par que técnicos, que para mí son los momentos más críticos, donde más me cuesta seguir la rueda. No dejo de pensar en los consejos que me han dado muchas veces: «en la bici déjate llevar», pero decido darlo todo para no descolgarme. Con todo y con eso somos un buen grupo, absorbemos a bastante gente, sensación que da muchas fuerzas, hasta que llegando casi a meta, conseguimos incluso unirnos al gran grupo que iba delante, entre los que se encuentra Santi, entrando todos juntos a la segunda transición. Descalo, cuelgo la bici, me quito el casco, cambio de zapatillas, bebo un gran trago de agua, giro el dorsal y me lanzo a correr con mucho miedo, me he vaciado en la bici y puede que me pase factura la osadía. Voy en el puesto 42.

Triatlon San Javier 2013

El calor aprieta, típico día de playa en Murcia, estamos a 20 de Octubre y hay mucha gente bañándose o tomando el sol, entre ellos mi mujer y mis hijos, que no fallan nunca. Me siento afortunado. Son mi bebida energética. Me toca verlos 8 veces en este último sector, que se compone de otras 4 vueltas a un circuito de ida y vuelta por el paseo marítimo de La Ribera. Autoimpongo un ritmo de 4:30min/km para no «capuzar» y veo, para mi sorpresa que respondo bien. En la segunda vuelta me alcanzan las primeras chicas, su posición siempre suele un referente para mí, que normalmente rondo sus tiempos en muchas carreras. Pero esta vez pasa algo que me hace pensar. Les pregunto qué tal, y me responden, entre gestos, que bien, sin poder casi articular palabra. Su respiración es entrecortada, la típica del corredor que va al límite. En cambio yo iba medianamente fresco, así que decido apretar, subiendo la media hasta 4:15min/km, que consigo mantener, sin no poco sufrimiento, hasta el final. Más tarde me doy cuenta de que ellas estaban en la primera vuelta, pues les saco 9 minutos en la meta final. Nota mental, no ponerme los calcetines por encima del chip del tobillo, me he hecho una herida muy fea por el roce. Dato curioso los parciales de cada vuelta: 10:24, 10:18, 10:02 y 10:23, soy un reloj gracias a mi Garmin y mi hermano.

Triatlon San Javier 2013

Llego a meta en solitario y mucho más fresco que en todas y cada una de las competiciones en las que he participado. Miro feliz a mi mujer, que está donde siempre. El crono marca 2 horas, 21 minutos y 40 segundos y hago el puesto 44. NO ME LO CREO.

Los tiempos finales son estos:

  • Natación – Tiempo: 0:30:54 – Posición: 53
  • Bicicleta – Tiempo: 1:09:39 – Posición: 42
  • Carrera a pie – Tiempo: 0:41:07 – Posición: 49
  • Tiempo total: 2:21:40 – Posición: 44 de 170

Mención aparte merece mi hermano, que ha terminado 6º en la general con un descomunal 2º puesto en la carrera a pie. Su tiempo final es de 2:09:26. Cuidado con él. La satisfacción del trabajo bien hecho genera felicidad. Ducha, cervezas al sol, charlas aburridas para los que nos oigan. Hemos reservado mesa en un restaurante de la playa y nos comemos un sabroso y bien merecido caldero con Fernando, ejemplar como siempre. Ni el tercer tiempo de un partido de rugby. Sobremesa para recordar. Volvemos a Murcia a media tarde, 12 horas después, tranquilos, felices y reventados. Mi hijo se duerme en el asiento de atrás del coche mientras suena Franco Battiato por el Puerto de la Cadena con el sol de frente.

La vida es bella.

TriWhite San Javier

Nota: Fotos propias, Geoff Cox y TriWhite.

 

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Londres

He estado en Londres tres veces. Las mismas que en París. En cambio no conozco Berlín ni Moscú (próximos objetivos).
Debe ser por algo, las ciudades del Támesis y el Sena tienen algo especial que no soy capaz de expresar en palabras, así que dejaré que sea The Verve con su History los que lo hagan:
The Verve – History

La última que visité Londres fue en 2004. Ahora La City parece otra, me recordó por momentos a Manhattan, donde nuevos rascacielos contrastan con St. Paul’s Cathedral. Desde lo alto del London Eye la diferencia se agranda, a la izquierda la época victoriana del Big Ben y Westminster, a la derecha The Shard (el piramidal edificio es el más alto de Europa), The Leadenhall BuildingHeron Tower proyectan el futuro en este momento.

Londres es plazas limpias y hoteles sucios.
Es fish and chips, Támesis y pintas.
China Town, Soho. Londres es  un double decker.
Underground, museos y calles, muchas calles.

Este post va a ser principalmente gráfico. Que hablen las fotografías.

LondonLondres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

Londres - London

 

 

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Travesía Tabarca – Santa Pola 2013

Todo empezó en Marzo, cuando un amigo (Pablo) me habló de esta prueba y me convenció para que nos apuntáramos juntos. Así lo hice, con la mala suerte de que a mí me tocó plaza y a él no (hay sorteo debido a la cantidad de inscritos y el limitado número de plazas). Hasta ese día nunca había nadado más de 1.000 metros. Y en piscina. Así que tengo 4 meses para prepararme una travesía de casi 6kms en mar abierto. Con el miedo que tengo a las profundidades.

Travesía Tabarca Santa Pola 2013

Suelo madrugar para entrenar pero es la primera vez que me pongo el despertador a las 5AM por un asunto deportivo. El sueño que tengo es de otro planeta, cometí el error de salir de copas el viernes y me acosté a las 4 de la mañana. Además el sábado tengo una reunión en Jumilla con lo que sumamos 260 kms de coche antes de caer derrotado a la cama, sin apenas cenar por la mezcla de resaca y nervios. Me levanto de noche cerrada en este domingo 7 de Julio y desayuno mi habitual medio litro de café con leche, acompañado esta vez de 12 galletas maría y 3 croissants rellenos de chocolate. Preparé la mochila la noche anterior, para no despertar a mis hijos y mi mujer. Salgo a la calle, cojo el coche, y me dirijo a Santa Pola. Llego cuando están cerrando las discotecas, y el ambiente en las calles es total.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Aparco junto al puerto deportivo y hago la cola para recoger la mochila cortesía de la organización con el gorro-dorsal, el chip y el silbato (para usar en caso de urgencia). Me acerco al guardarropa donde dejo las cosas que no me llevaré a la isla. Desde el primer momento percibo que la organización es magnífica, todo calculado al milímetro, no hay nada que se les escape. Me siento tranquilo y seguro. Y eso que la procesión va por dentro, mi histórico miedo al mar sigue aquí. La cantidad de nadadores por un lado relaja (espero no ir sólo nunca en todo el trayecto) aunque por otro lado acojona un poco (hay muchísimo nivel). Subo al ferry, soltamos amarras y enfilamos la bocana del puerto mientras el sol comienza a salir por el Mediterráneo. A la izquierda, en la distancia, se dibuja Tabarca.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

El barco en el que me toca hacer el trayecto es una fiesta. Saludos, buenos deseos, cremas solares, vaselina para evitar los roces, consejos y anécdotas de otros años. Hace frío, algo de viento y tengo unas sensaciones diferentes a otras carreras. El total desconocimiento es un buen aliado. Me siento junto a un par de chicos que me hablan sobre lo precioso que es el fondo de Posidonia (primera vez que oigo esa palabra en mi vida) que hay durante toda la Travesía, ya que la  profundidad no supera los 25 metros en todo el trayecto y el agua es cristalina. Estupendo, lo que me faltaba para cagarme a la pata abajo. Me recomiendan no emocionarme al principio e intentar «coger unos pies»  a partir del segundo kilómetro, cuando las fuerzas ya son las reales. Tomo nota mental.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

De repente un pensamiento me bloquea y tengo que sentarme. No puede ser. Me he dejado las gafas de nadar en el guardarropa del puerto. Con tanto lío de gorro, mochila mía y mochila de la organización, cremas y móvil, se han quedado en tierra. Sin gafas no podré realizar la prueba. Menudo error de novato. Intento tranquilizarme pensando en que quizá pueda intentarlo, además así me ahorro ver el fondo del mar, que es precisamente lo que más miedo me da. De todas formas tengo que intentar buscar unas, las que sean. Me acerco a los pilotos y les pregunto por alguien de la organización, me dicen que no saben dónde están, pero preguntan el motivo de mi «mala cara». Les cuento la historia y vuelvo a mi sitio. A los 5 minutos se acerca uno de ellos y me dice que vaya su puesto. En secreto, me entregan unas gafas que se había dejado olvidadas algún pasajero en alguno de los numerosos viajes que realizan. No me lo puedo creer. Les agradezco de corazón su gesto y por fin llegamos a Tabarca. Al bajar, me abrazo a los dos. Me acordaré de vosotros, les digo. Y así sucederá.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

En la playa de Tabarca los últimos preparativos, mucha gente muy preparada pero con caras de tranquilidad. Creo que soy el más nervioso. La salida se produce sobre las 7:50, con banderas marcando la cuenta atrás en minutos, bengalas y bocinazo. Todos al agua. En los primeros metros recibo manotazos de todos los colores. Es normal, somos mil nadadores y muchos quieren hacerse un hueco. Esquivo como puedo los roces y me centro en mi camino. Los globos encima de las boyas ayudan mucho a verlas desde más lejos, lo que hace que no tenga que levantar la cabeza tanto como otras veces he tenido que hacer al nadar. Se agradece.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Paso el primer kilómetro a una velocidad mayor a la prevista e intuyo que se les ha quedado corto al medir, pero no, luego compruebo que he ido rapídisimo. El segundo y el tercero ajusto más y bajo un poco, aunque sigo yendo infinitamente mejor que mis mejores tiempos en los entrenamientos en piscina. Tres o cuatro veces intento seguir unos pies, como me recomendaron, pero no consigo hacerlo, por falta de experiencia y por notar que mi ritmo es otro. Decido no pensar en nada más que en mantener una buena respiración y no mirar mucho al fondo. El agua es cristalina y puedo diferenciar perfectamente algunos pececillos entre las algas y rocas del fondo marino.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Las vistas que tengo son maravillosas y poco a poco voy aceptando que no voy a ser engullido por ninguna criatura de las profundidades, por lo que miro con mayor frecuencia, siempre comprobando que tengo gente alrededor. Un par de veces me encuentro totalmente solo y tengo que parar, buscar un grupo y hacer lo posible por unirme a él. No es recomendable la sensación de no ver más que agua por los cuatro costados. Y bajo tus pies. Solo hay escapatoria en el cielo. Recuerdo a los pilotos de la guarda. El mar está totalmente en calma, aunque noto una pequeña corriente desde el lado derecho, que obliga a ir corrigiendo continuamente la trazada. También ayuda mucho el estar rodeado de decenas de piraguas, como demuestra la siguiente foto.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Los siguientes kilómetros se hacen largos, pero no cansados, incluyendo un par de calambres que tengo que solucionar parando y estirando. Y no es fácil estirar en medio del mar. Llego a las últimas boyas contento, sonriendo y con una sensación de triunfo interior muy satisfactoria. Mirando hacia atrás veo poca gente, y me temo que aunque para mis tiempos he ido rápido, posiblemente esté entre los últimos. Pero al cruzar la linea de meta y consultar posteriormente las clasificaciones veo que estoy a mitad de la tabla.

Sólo he podido rescatar esta foto de mi llegada, capturada del vídeo oficial de la web.

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

El tiempo final ha sido de 1h51m50s, quedando en el puesto 458 de 998.

Por parciales la cosas queda así:

  • 1km: 16:02
  • 2km: 33:47  (17:45)
  • 3km: 52:39 (18:52)
  • 4km: 1:11:14 (18:35)
  • 5km: 1:29:35 (18:21)
  • 6km: 1:48:15 (18:40)

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Desde luego debo estar contento. Es mi primera travesía, aunque intuyo que no será la última. Me ha gustado mucho más de lo que pensaba. Quizá el miedo a no terminar por cansancio y el afán de reservarme hayan lastrado un poco el tiempo final, pero nunca lo sabré. O quizá sí. En la retina me quedo con la imagen de una señora de unos 60 años bien entrada en carnes que llegó un poco antes que yo, y de chico que entró unos minutos detrás de mí, con una sóla pierna. Menudo campeón. 

Travesia Tabarca Santa Pola 2013

Con ejemplos así, ¿cómo no voy a motivarme?

NOTA: Fotos propias y de la web del Club Natación Alone (LINK).

Encuentros NOW en L’Alfàs del Pi

Cuando hace un año Maricarmen Puigcerver y Cynthia García (Presidenta y Vicepresidenta de A4FEEM) me propusieron formar parte de la Junta Directiva de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Facultad de Economía y Empresa, acepté sin dudarlo aunque les expuse mi gran problema de falta de tiempo. Doce meses después, y tras multitud de actividades llevadas a cabo (con mayor o menor éxito), no puedo más que estar satisfecho de la decisión tomada.

Gracias a A4FEEM he conocido a gente realmente maravillosa. Comenzando por las dos arriba mencionadas, continúo con Pedro Juan, las Matildes, Simón, Gabi o Pedro J, como parte integrante del núcleo «generador», por llamarlo de alguna forma. Pero es que en cada evento, se han ido sumando más y más personas dignas de conocer un poco mejor, y es a través de los mismos cuando se unen las circunstancias para ello.

Ayer tuvo lugar uno de estos momentos, aderezado por un viaje en autobús en el que, como en aquellas excursiones del cole, aprovechas para hablar con todo el mundo: Un abrazo especial desde estas líneas para Luis Endera, Marisa Ortín, David Cánovas, Andrés Segura, Antonio Rentero, Luis Alcázar, José Augusto González, Jose Egea, Mo Ka, Aurora Pastor, Luis Carlos Cuesta, Jesús Martínez, María José Cárceles, Ricardo J. Molina, Ana González, José Antonio, Rosa de Maya, Maria Aliaga, Rafael Hortal Navarro, Israel Sancho Portero, Javier Martinez y Cristina Lázaro (seguro que me dejo alguien, mis disculpas).

#1EncuentroNOW

El 1º Encuentro NOW estuvo a la altura de lo esperado, con dos ponentes de calidad: Casimiro García-Abadillo (vicedirector de El Mundo) y Johan Galtung (sociólogo noruego y Premio al Sustento Bien Ganado, llamado también Premio Nobel Alternativo) que dieron su punto de vista sobre la participación del ciudadano en los conflictos internacionales. Se habló de ETA, del IRA, de Turkía, o de Afganistán y los talibanes… Personalmente la charla de Casimiro me pareció plana y tendenciosa, contando cosas que todos podríamos leer en cualquier artículo de internet. La sorpresa fue Galtung, profesor en Universidades de los 5 continentes (se dice pronto) y experto en negociaciones extremas. Hablaba con una serenidad (a algunos le recordaba el timbre y cadencia de Juan Pablo II) que transmitía conocimiento, pasión y experiencia.

#1EncuentroNOW

Mención aparte merece la pregunta que lanzó Pedro Juan, que incluso arrancó el aplauso del público. Muy acertado como siempre, esta vez dando pie a recapacitar sobre el papel de las multinacionales en la toma de decisiones de los países. ¡Chapeau!

El hashtag usado para la ocasión (#1EncuentroNOW) llegó a ser 5º Trending Topic nacional, como demuestra la siguiente captura de Luis Alcázar, que además amenizó el evento con sus ácidos tweets proyectados en directo durante las ponencias.

#1encuentroNOW TT

Me quedo con el sabor de boca esta foto, en la cena posterior. Y con los Gin Tonics a la orilla de la playa que nos tomamos antes de montar en el autobús de vuelta. Épico momento el de Antonio Rentero con su improvisado monólogo: #soyelpechoderecho. Aprovecho para saludar al conductor, más amargo que la tónica Schweppes.

#1EncuentroNOW

NOTA: He sacado las fotos de Twitter y Facebook, gracias a los fotógrafos.

Ahora a pensar, mucho, sobre los asuntos tratados. El ciudadano tiene, si quiere, mucho más poder del que pensamos en la solución de muchos conflictos.

En nombre de A4FEEM:
¡Gracias a todos por acompañarnos, y nos vemos en la próxima!.

La aventura de Formentera

Mis hijos ya conocen esta historia. Estoy deseando contársela a mis nietos.

Salgo de Murcia en coche a las 7 de la mañana dirección Denia. Veo a los padres de Marce 20 años después, buena gente. Desde allí, en velero, zarpamos hacia Formentera. Nando, el patrón, nos auguró 8 horas de trayecto, con algo de viento, sin mayores complicaciones aunque quizá sobre las 15h podría haber algo de «rasca». Los 6 valientes que vamos a correr la Media Maratón, junto a 3 acompañantes que van a las islas por trabajo, salimos de la península a la hora prevista. Los citados Nando y Marce, junto a Txema, Willy, Pitu y yo, somos los deportistas. Jose, Juan Fran y Michu, completan el staff.

Saliendo de Denia

Todo son sonrisas, varios aperitivos, ponemos el mantel, gafas de sol, aire en la cara. Contamos historias, hablamos de las marcas que pensamos hacer, de los planes cuando lleguemos. Consultamos el tiempo, incluso podemos ver nuestros móviles. Nos ponemos al día. Como es natural, comienzan los mareos, el balanceo del barco es criminal para los que no estamos acostumbrados. Jose incluso vomita varias veces, pero se lo toma francamente bien. Creo que me estoy quemando un poco. Aún así, todo es muy disfrutable, como lo demuestra la siguiente foto.

Disfrutando del barco

He viajado en velero algunas veces, siempre a modo de «cabotaje», sin alejarnos mucho de la costa. Esto no tiene nada que ver. Por momentos no se ve tierra firme. Es una sensación indescriptible, mezcla de tranquilidad y desasosiego. Sentimientos extremos. La verdadera diversión comienza cuando llegamos a la altura de Ibiza. El mar se despierta de la siesta y las olas se hacen cadae vez más grandes. Soy malísimo con las mediciones de casi todo, pero no creo que sean menores de tres metros. Luego cuatro, quizá cinco. Por momentos estamos rodeados por moles de agua, me siento como un tapón de corcho en una piscina. El viento sopla cada vez más. Acierto a ver 35 nudos por hora en el marcador. El lado bueno es que el mareo desaparece como por arte de magia, el miedo es más fuerte. Mucho más fuerte. El video está grabado cuando todavía no estamos del todo en harina y me atrevo a coger el móvil para filmar. Luego la cosa se pone un poco más fea. Lo increíble del asunto es que al final de trayecto consigo incluso dormirme un rato en los camarotes de abajo. Estoy hecho un marinero.

Llegamos a Formentera sobre las 18h, con unos vientos brutales. Después de 8 horas de barco sin coger el teléfono, veo la ristra de wasaps de familiares y amigos preguntándome qué tal. En las noticias daban temporal e incluso han cancelado algún Ferry. Me dicen por Twitter que nos aplaudieron desde uno de ellos cuando estábamos llegando a puerto. Los valientes del Kelian. La tarde noche del viernes la pasamos cerca del puerto, no están los cuerpos para mucho más. Espero que la paliza del viaje no me pase factura en la carrera. Mucha tensión acumulada. Vemos la final de la Copa del Rey en un bar de La Savina, somos un grupo de valencianistas y poco más que añadir. La noche se me hace larga, dormir en el barco amarrado no es fácil, al menos la primera noche, y sobre las 4 de la mañana tengo que salir con un mareo de dimensiones bíblicas que me revuelve las tripas y tengo que expulsar gran parte de lo he comido. Ver para creer, lo paso incluso peor en tierra, todo me da vueltas. Menuda relajación previa a la media maratón…

Faro La Mola

El sábado todo se ve de otra manera. Sale el sol, que había estado jugueteando con las nubes y parece que hará calor por la tarde (la salida está prevista a las 17:30) aunque el viento sigue en aumento. Los que habéis corrido con viento sabéis lo incómodo que es. Desayunamos como marqueses gracias a Txema «el cocinitas» y vamos a por los dorsales a San Francesc en una furgoneta de obra que nos dejan los currantes amigos. Allí conozco a Miguel Angel de «A la carrera». ¡Qué buenos tíos! Aprovechamos para hacer algo de turismo por la zona, y a las 13:30 estamos comiendo pasta como si no hubiera un mañana. Intentamos descansar un poco y a las 16:30 ya montados en el autobús que nos acerca a la salida, una de las zonas más bonitas que he visto en mi vida. La Mola, un acantilado cortado en vertical a casi 200 metros sobre el nivel del mar.

Salida Formentera

Comenzamos a correr, una recta de 2kms, coronada con una pequeña subida de otros 2kms, nos da la bienvenida, todo aderezado por un viento en contra de unos 60 km/h. Con la multitud inicial lo noto menos, pero tras la gran bajada de otros 4kms, las distancias entre corredores se acentúan, y con ello la sensación del viento que, por momentos, incluso impide hasta ajustar con normalidad la respiración. Me pego a un corredor enorme, intentando usarlo de pantalla y la verdad es que se nota. Hasta que decido que el ritmo que llevamos es demasiado lento y le adelanto. Me recuerda a cuando vas con la moto detrás de un camión un buen rato, y cambias al carril izquierdo de la autovía.

Media Maraton Formentera

Me veo muy fuerte. Una recta infinita, de casi 10 kms, con continuo sube-baja, se me pega a las piernas como pegamento. Es la primera vez que veo que se forman «abanicos» en una carrera a pie. La foto de arriba define bastante. Brutal.

Poco a poco voy subiendo el ritmo, controlando el pulso por kilómetros, me gusta cumplir los proyectos de carrera, me hace estar seguro de que no voy a reventar, aunque quizá esta técnica evite que cuando estoy fino como esta vez, consiga mejores marcas. Con todo, me veo suelto, a una media cojonuda. Me lo empiezo a creer. Si sigo así, bajo de la hora cuarenta. Consigo dar alcance a una chica que aparenta ir sobrada y me pongo a su ritmo. Sigo mejorando, y llego a los últimos 5 kms con buenísimas sensaciones.

Nacho Tomas Meta

La zona de Las Salinas es especialmente dura, con más viento aún al estar totalmente despejado el entorno de la carretera. Sorprendemente adelanto a muchos corredores en este último tramo. En estos momentos se nota los que hemos reservado y controlado un poco. Curiosamente me adelanta Pitu, que va como un misil. Por mi parte voy obsesionado con bajar de 1h40m, sin dejar de hacer cálculos mentales de minutos por kilómetro, distancia restante, medias y demás… Finalmente cruzo la meta con un tiempo oficial de 1h39m35s, lo que da una media de 4:44m/km, algo de lo que puedo estar orgulloso. Consigo el puesto 262 de casi 1.200 corredores.

Estrella de Levante

Recojo la medalla, estiro, me hidrato a lo bestia y espero a que siga llegando el resto de la expedición, todos con grandes marcas. Y eso que era la primera media maratón para muchos de ellos. Lo celebramos con una buena cerveza, sorpresa, marca Estrella Levante (murciana) y, tras la ducha, vamos a cenar a una pizzeria del puerto con Javi Pascual (compañero de varias carreras ya) y Santi (mega-crack). Después en el barco tenemos una fiesta a la que vienen los amigos que nos acompañaron en el velero y se van a quedar aquí unos días. Cómo estaría de cansado que sólo me bebo media copa y caigo rendido.

Dentro del velero

El viaje de vuelta no tiene nada que ver. Viento y olas sí, pero totalmente relajantes y controladas. Tanto que nos comemos 6 barras de jamón serrano y queso y me echo una siesta de 3 o 4 horas en el camarote. El resto del trayecto lo disfruto, pensando en la aventura que hemos vivido. Al llegar al puerto de Denia, nos hacemos esta foto, con medalla a lo Nadal, para el recuerdo.

Medalla Denia

Cuando cojo el coche para hacer el último tramo, de Denia a Murcia, tengo más agujetas en los brazos que en las piernas. Los dos viajes en velero, agarrado a dónde podía, me han dejado KO. Agradezco a todos y cada uno de los compañeros arriba mencionados de esta odisea su parte de culpa en que se haya grabado a fuego en mi memoria. ¡GRACIAS!

Durante varios días sigo con el mareo de tierra que, en lugar de molestar, me trae los recuerdos de una aventura que, desde ya mismo, será fecha fija todos los años en mi calendario deportivo.

 

NOTA:

El lunes siguiente he dedicado mi programa en ROM (Radio Online Murcia) a esta aventura, contando con la participación de Marce, gerente de Viajar en Velero. Aquí está el enlace: LINK.

Barcelona

Hay ciudades que no entran a la primera. Me sucedió, por ejemplo, con Londres y con Florencia. Con la capital inglesa tuve la suerte de quitarme la espinita y a la segunda oportunidad cambió, afortunadamente, mi concepto. A la urbe de los Uffizi todavía no he vuelto.

Barcelona - Nacho Tomás

La primera vez que estuve en Barcelona bajé del avión a las 9, cogí un taxi a las 10, me metí a una reunión a las 11, y a las 14 estaba de nuevo, aterrizando, en Barajas. Las siguientes tres o cuatro veces llegaba por la tarde, entraba a la sala de conciertos de turno y a la mañana siguiente ya desayunaba en Madrid. Quizá por eso cuando, por fin, fui de visita, entendí lo grandioso de esta ciudad. Es curioso que hubiera estado tantas veces y no conociera las Ramblas, la estatua de Colón o la Plaza Catalunya, por hablar de zonas turísticas y/o emblemáticas. Con los años he vuelto a menudo conociendo un poco más otras zonas como el Parque Güell, la Sagrada Familia, el barrio del Born, el Nou Camp (donde disfruté de un conciertazo de U2), la Plaza de España o el Mercat de Santa Caterina. En Barcelona he vivido anécdotas como ver dos conciertos seguidos de Dream Theater.

Últimamente he repetido muchas veces, mezcla de trabajo y de placer, conociendo nuevas zonas para mí como el Raval, Santa María del Mar e, incluso, el precioso estadio Cornellà – El Prat, donde tuve la suerte de presenciar en directo de un Espanyol – Valencia que será mucho tiempo recordado (4 goles en 12 minutos).

Tras todo esto puedo considerar que Barcelona ya es, sin ninguna duda, una de mis ciudades favoritas.

 

Actualización Marzo 2014: Recién llegado de la segunda edición del Diploma de Gestión Dental de la Universitat de Barcelona, donde tengo el orgullo y la responsabilidad de ser profesor de Marketing y Publicidad, sigo pensando lo mismo que hace un año. Barcelona es especial, y si la conoces con buena gente, más.

 

 

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