#VamosAMorirTodos

Me encanta Twitter. Fue un total descubrimiento cuando hace más de nueve años me abrí la cuenta y comencé a conocer su potencia. De hecho, alejada del resto de redes sociales al menos inicialmente, te abría un campo de conocimiento tan vasto que a veces daba vértigo, permitiendo establecer conversaciones con personas lejanísimas, no sólo físicamente. En el fondo, como en otras, todo depende de las personas, empresas u organismos que sigas, pues la gran ventaja de esta red, aunque últimamente los cambios de algoritmo nos traen de cabeza, es que no hay dos Twitter iguales.

Por eso especialmente en momento como este, con un Coronavirus que nadie sabe todavía cómo terminará, la única opción saludable es informarte por los medios de comunicación oficiales para obtener la información veraz, aunque esto es totalmente compatible con el ingenio tuitero en clave de humor que te arranca una carcajada, a veces sin querer y a destiempo, que te sorprende a ti mismo el primero rezando para que nadie te haya visto mientras el café te sale por la nariz.

Anoche tuvimos un buen ejemplo de lo que me refiero con el hashtag #VamosAMorirTodos que se convirtió en trending topic mundial y con el que, reconozco, pasé un buen rato riéndome y sintiéndome culpable a partes iguales. Seguro que os pasa lo mismo, que no te quieres reír por la gravedad del tema pero siempre hay alguien que te provoca esa risa tonta y pegadiza que además, cuánto más se agranda, más difícil de controlar.

En un minuto pasas de vídeos coña repescando en la hemeroteca cualquier cosa que pueda servir hoy para la marabunta a diversas elucubraciones estilo pandemia terminal, que si los chinos tenían todo controlado desde hace años, que si el comercio internacional, geopolítica mundial, que si Trump, que si aranceles, que si Huawei, LG, que si tengo un libro que lo intuyó todo, que si el libro es un fake pero no, que yo lo he visto, que si muere más gente en las guerras o con la gripe normal, pero este es más letal que hasta murió el que lo descubrió, que si la cocaína y la orina infantil te protegen, que lo transmiten los mosquitos, que si el frío o el calor son letales para el 2019-nCoV (así se llama oficialmente el bicho), que la mascarilla no vale para nada, pero por si acaso te enseño cómo hacerte una casera, que si los Simpsons ya lo predijeron…

Y entre medias, como metáfora infinita, el pobre Mike Hughes, defensor de la teoría del terraplanismo, palmándola en directo en un lanzamiento con un cohete casero.

Vivimos tiempos locos.

Y que no sea nada.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
26 de febrero de 2020

Es cualquier día y estamos trabajando

No es difícil liarla en Twitter. Es hasta fácil, me atrevería a decir. Los motivos, variadísimos, abarcan el precioso abanico que genera la incomprensión, la falta de empatía, el frontal desafío a la opinión contraria o, mi preferido, la superficialidad y falta de ganas para entender mínimamente al prójimo.

Ángulos todos ellos tintados habitualmente con rémoras políticas, culturales o, simplemente, ganas de gresca por el que escribe, el que lee y, quizá en más de un momento, por ambos, lo cual provoca malos entendidos solventables casi siempre con un mínimo de arrimación de hombro, pero cuánto cuesta, leche, ni que no fuera gratis.

Ejemplos hay todos los días, aunque pocas liadas últimamente como la de nuestra flamante Ministra de Exteriores en la jornada de convivencia, asunto que daría para otra columna, disfrutada por los veintitrés el pasado fin de semana en Quintos de Mora cuando, junto a un foto del numeroso e informal grupo, Arancha González, aplaudida por unos y otros antes de tomar posesión de su cartera, escribió literalmente: “Es sábado y estamos trabajando”.

Boom.

Lo leí casi en directo, madre mía la que se va a montar, pensé. La liada del sábado. Me equivoqué nada, ya puedes imaginarte, consiguiendo más comentarios que “me gusta” o compartidos, y mira que esto es raruno, la inmensa mayoría a la yugular. Que si soy cajero de supermercado, camarero, que si currante de hotel o estoy de guardia, que si los políticos deberían trabajar 24/7 incluso domingos y fiestas de guardar, que si qué vergüenza, que si qué…

En principio, y dejándose llevar uno por la marabunta, la boca se te puede llenar de improperios pero una vez pasado el calentón me vino a la cabeza otro pensamiento muy diferente: ENVIDIA. Con mayúsculas. De la mala. Envidia feroz de que esta mujer piense que trabajar un sábado es algo inaudito y presuma de ello. Lo digo en serio. Totalmente en serio. Envidia cochina.

Imagino que es debido a su pasado laboral como funcionaria que sintiera eso al tuitear la ya mítica frase, estoy seguro de que no lo hizo con más intención que presumir sanamente, a la par de intentar demostrar cuánto le cuesta a alguien remangarse un fin de semana para algo que nos sea hacer deporte o bricolaje.

Pero el tiro le salió por culata, quizá porque como muchos políticos nacionales, parecen vivir en los mundos de Yupi, alejados de cualquier atisbo de realidad laboral o profesional. O no, y el que estoy equivocado soy yo, con mi envidia, escribiendo esto en un domingo que estoy pasando entero montado en un avión destino a un alejado país en el que pasarme una semana currando doce horas al día, para seguir manteniendo una empresa a flote.

Repito que lo digo en serio, si trabajar tanto no fuera tan habitual quizá todos seríamos más felices.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
12 de febrero de 2020

Air Canada, tenemos un problema

El lunes fue el día perfecto para vivir intensamente Twitter, un medio rápido y efectivo para informarte en tiempo real (solo de cuentas oficiales y medios de comunicación decentes, por favor) cuando sucede algo de la envergadura del ya famoso vuelo de Air Canada.

Antecedentes rápidos: un avión Boeing 767 destino Toronto revienta una rueda del tren de aterrizaje al despegar de Madrid, afectando también a un motor. Decide volver pero antes, por protocolo de seguridad, debe gastar el combustible al no disponer del mecanismo para soltarlo, por lo que comienza a dar vueltas a baja altura por los alrededores de la capital, provocando la sorpresa inicial de varios tuiteros, subiendo vídeos de la aeronave encima de sus cabezas. A primera hora de la tarde Enaire (el gestor de navegación aérea en España) y Sepla (Sindicato de Pilotos de Líneas Aéreas) comunican la situación con sendos tuits y comienza una tarde de tensión en la que todos tenemos un ojo en las cámaras en tiempo real desplazadas a Barajas y otro en las redes sociales donde la información va fluyendo con cuentagotas. Un aeropuerto que esa misma mañana había tenido ya lío con unos drones dando por saco por donde no debían. Hasta en situaciones como esta la gente tiene un lado de humor negro que, unido a los mensajes tranquilizadores del comandante (que también se filtran en Twitter), consiguen sacar alguna sonrisa dentro del nerviosismo generalizado, en forma de memes que ya circulan como pólvora entre manos de retuiteo fácil.

Comienzan a correr los primeros vídeos de los pasajeros grabados desde dentro. Carlos Castañeda, uno de ellos, comparte con envidiable sangre fría el interior de la cabina diciendo literalmente: «Estamos todos tranquilos en el vuelo de #aircanada, que nadie se preocupe. Dicen que sólo hemos perdido una rueda». Posteriormente muestra cómo un F18 del Ejército del Aire se les acerca para evaluar los daños desde muy cerca, sin duda el vídeo más flipante de la tarde, añadiendo irónicamente el hashtag #meenseñastusbajosyoteenseñolosmios ¡Hay que tenerlos cuadrados, Carlos!

La tarde va pasando lentamente y gracias a las aplicaciones que monitorizan los vuelos comerciales (llamadme friki, pero me encanta montarme mis películas cuando veo un avión en medio del campo y puedo saber de dónde despegó y hacia dónde se dirige) podemos ver cómo el AC837 continúa dando vueltas en círculos durante cuatro horas, lo cual tranquilizaba bastante, hasta el deseado aterrizaje final sin complicaciones.

Lo bueno de Twitter fue vivir en tiempo real esto que estoy contando detalladamente a toro pasado. Estas cosas me magnetizan, no puedo evitarlo, más aún con el feliz desenlace. Para muestra las declaraciones cuando todo acabó de alguien de la Guardia Civil: «El dispositivo ha funcionado tan bien que ha parecido un simulacro». Pues menos mal y muchas gracias.

Qué gusto saber que estamos en buenas manos.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
5 de febrero de 2020

#DanaRMurcia

No es fácil escribir sobre una tragedia cuando solo te ha tocado de refilón, viendo además tan de cerca el desastre que la tormenta ha dejado a tu alrededor: casas con el agua a la altura del techo, barro hasta decir basta, calles destrozadas, gente llorando desconsolada, infinitos daños materiales y por encima de todo, varios muertos.

Los desastres naturales, aún avisados con antelación, siempre nos pillan de sorpresa. Uno no sabe la magnitud de lo que puede venírsele encima hasta que comienza el espectáculo, sonará a topicazo pero la fuerza de la naturaleza acojona y emociona a partes iguales. A mí, al menos, me parece precioso a la par que doloroso asomarte a la ventana y ver cómo el cielo se cae, ver cómo el río está a punto de desbordarse en el puente debajo de casa, ver miles de rayos iluminando la noche, ver agua, agua y nada más que agua. Tuve la suerte (buena o mala según se entienda) de aterrizar en Alicante en pleno episodio y os puedo asegurar que desde el cielo la cosa también asustaba, nunca había visto tal amasijo de nubes y rayos de diferentes formas y altitudes. Lo dicho: belleza y miedo a partes iguales.

Dana (el nombre viene de Francisco García Dana, predictor de los ochenta en la AEMET) fue noticia en medio mundo, amigos de varias esquinas del globo se interesaban por la situación, sorprendidos de que estas cosas puedan pasar en un lugar civilizado como este. Mi respuesta primera fue la obvia: en algunos puntos ha llovido en algunas horas lo mismo o más que en todo un año y las autoridades han solicitado la declaración de zona catastrófica, pero rascando un poco parece que la cosa tiene más miga, y no lo digo yo, lo dice en estas mismas páginas de La Verdad Jorge Olcina, responsable del laboratorio de climatología de la Universidad de Alicante: “Se han urbanizado muchos espacios de antigua huerta o las ciudades se han extendido ocupando espacios inundables.”

En las redes sociales, principalmente con el hashtag #DanaRMurcia, hubo como siempre de todo: muchos trabajadores, algunos oportunistas y todo el abanico que te puedas imaginar de los comportamientos que en estas situaciones suelen aparecer y dentro de algunos años estudiaremos como enfermedad mental. Y cómo no, también hubo bulos: un rayo en una azotea, un hipopótamo por las calles, el agua del grifo insalubre, hospitales desalojados o presas al borde de la rotura. El problema aparece cuando las noticias reales vienen de tuiteros personales y las noticias falsas son generadas por cuentas oficiales.

Habrá que mirárselo. Quizá cuando todo esto se haya secado y vuelva el verde, nuestro verde. Aunque me temo que todo se olvidará como siempre, hasta que el cielo vuelva a caerse, que se caerá, y nos echemos sorprendidos de nuevo las manos a la cabeza.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
25 de septiembre de 2019

Pues hace un buen día hoy, ¿verdad?

Posiblemente la del título sea una de las frases más usadas (a la par que estúpida) en nuestras vidas. Incómodos momentos de ascensor, embarazosas situaciones en las que romper el hielo o difíciles formas de comenzar a escribir cuando no tienes ideas a mano. Viendo que me encontraba en la tercera de las situaciones decidí tirar de Twitter pidiendo ayuda sobre temáticas a tratar en la próxima columna, o sea, esta misma que estás leyendo. Las respuestas, gracias a todos, fueron muchas y variadas y he decidido usarlas como fotografía coral de las inquietudes actuales de una parte de la sociedad. Al fin y al cabo, así es como funciona el CIS, ¿no?

El terror al folio en blanco fue una de las primeras contestaciones, cómo se afronta y qué sudores provoca ese momento crítico en que el plazo de entrega se acerca y aún no tienes preparado ni el tema a tratar. Últimamente estoy releyendo clásicos, soy poco de novelas, y debo reconocer que son un buen punto de apoyo para tanto generar ideas como para afinar estilos. ¿Y el repunte de las drogas y el tabaco entre los jóvenes? Pues o yo estoy muy fuera de lugar o creo que en mi juventud había muchas más oportunidades de caer en ese mundo. ¿Y la frontera entre opinión y conocimiento? Menudo papelón, tú. Yo mismo aquí escribo quizá de cosas que no debería por falta de criterio, y eso que me corto, imagina lo que puede pasar en las redes sociales. O peor, en los procesos de participación ciudadana o los jurados populares. Miedito.

La impunidad con que actúan las casas de apuestas en nuestro país fue una respuesta recurrente, da que pensar que tres tuiteros de tres mundos diferentes sacaran el tema. Interesante. También lo fue el deporte amateur, el esfuerzo que afrontan los chavales ilusionados por un objetivo que muchas veces es inalcanzable, costeado por sus propios riñones económicos o esos padres que sacrifican sus fines de semana acompañando a sus hijos hacia sus sueños. ¿Y Franco Battiato? ¡Qué pregunta! Bien dentro lo llevo siempre.

Omnipresencia de los carriles bici, patinetes eléctricos, naturaleza, iniciativas relacionadas con los pedales y, cómo no, algunos detractores (qué pereza). Hubo además otros temas sacados a la luz de diversos y concretos ámbitos: hospitales y su humanidad, aplicaciones móviles para aprovechar la comida que se desecha en restaurantes y tiendas, el efecto de la película “Campeones” y el miedo a que pase de moda y vuelva a dejar en la oscuridad este complejo mundo. Como guinda una aportación realmente interesante: Murcia es la penúltima comunidad autónoma en salario medio, pero una de las punteras en economía sumergida. ¡Ta-chán!

Como veis, Twitter aún puede darnos grandes e interesantes debates tocando las teclas correctas. Dedicado a todos los que lo daban por muerto.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
27 de marzo de 2019

El rebote

No es la primera vez que escribo sobre las fake news en esta columna y me temo que no será la última. Dentro de las infinitas ventajas que brinda el social media a la comunicación entre personas, empresas e instituciones, nos encontramos con esta piedra en el zapato que está amargando la existencia a más de uno. Un fenómeno que ha infectado desde dentro y como un cáncer lo que parecía intocable en los inicios: el contenido que se publica en las redes sociales, haciéndonos partícipes, muchas veces sin saberlo, de algunos de los movimientos políticos que pasarán a la Historia en unos años: Podemos (en España), Donald Trump (en EEUU), Nigel Farage (en Reino Unido y la Unión Europea), Jair Bolsonaro (en Brasil) o Matteo Salvini (en Italia) son el mayor ejemplo.

Voy a intentar explicarlo: los algoritmos de las más importantes plataformas (Facebook, Twitter e Instagram principalmente) valoran especialmente las interacciones entre perfiles, ya sea a través de comentarios, me gusta o compartidos, dándoles más visibilidad. Al fin y al cabo, como todos sabemos, viven de la publicidad y, salvando las distancias, la política es también un producto que debe venderse. Pues voilá, habemus mercado.

Existen malas artes desde siempre, en las que muchos medios y personajes son absolutos especialistas haciendo de este amarillismo su día a día, focalizados en la provocación más burda. Sus comportamientos nos inducen excitación e ira, las dos emociones que más estimulan el arranque de las personas para responder. Para rebotar. Para rebotarnos. Y de eso viven estos provocadores. Del fuego que se propaga con nuestra pólvora.

Si esto ha pasado en los medios de comunicación de masas como la televisión, imagina lo que puede suceder en un lugar sin puertas como internet en general y las redes sociales en particular. Mi consejo es no entrar al trapo, contar hasta diez antes de darle a responder y pensar que una discusión virtual siempre se pierde. Aún más cuando tu contrincante es un troll como habitualmente sucede. Y esto pasa en todos los sectores y todas las industrias. Desde el futbol hasta la política, pasando por la movilidad o la comunicación empresarial. Las “broncas” dialécticas mejor con cerveza de por medio y cara a cara, sin resquicios ni recovecos.

Pero claro, no todo es culpa de las redes sociales genéricas a las que todos siempre culpan, no debemos olvidar una de las mayores amenazas para las noticias reales: WhatsApp. Si en las demás podemos ver lo que publican unos y otros y al menos ser conscientes de por dónde parecen ir los tiros, en la aplicación de la bolita verde la cosa es incontrolable, sumando además el gran plus psicológico que supone compartir conexiones más fuertes a nivel personal, con tus amigos, compañeros de trabajo y familiares.

Ojo a lo que lees y a lo que compartes. Puedes ser parte del problema.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
9 de enero de 2019

El perfil online perfecto para un economista del siglo XXI

A estas alturas de la película no hay duda de que las redes sociales han llegado para quedarse. Forman parte de nuestro día a día y se han convertido en una herramienta indispensable tanto para encontrar información como para difundirla. Hay cientos de estudios que avalan su penetración, sus datos de uso y todo un abanico de estadísticas que muchas veces pueden acabar por desbordarnos.

Por ello en este artículo trataré de establecer las claves básicas que debe seguir un economista del siglo XXI para disfrutar de un instrumento que ha sido llamado a revolucionar la comunicación en todos sus estados.

Pasos previos

Antes de nada toca realizar un análisis inicial, incluso aunque ya tengamos una presencia online más o menos definida, recomiendo parar por un momento a evaluar el sentido de dicha presencia: pensar qué queremos encontrar en las redes sociales, qué vamos a darles y qué esperamos recibir del tiempo que les dediquemos. Sin olvidar la primera decisión importante a tomar: ¿Adoptaremos un rol personal, profesional o de marca? Ojo, la marca profesional puede ser tuya como persona o de tu empresa o despacho si trabajas para uno.

Nada mejor que empezar por el principio y sin que sea necesario tener que seguir todos los pasos de un plan de comunicación online (en mi agencia trabajamos en 9 etapas consecutivas) sí será necesario al menos dedicar cariño a algunos de estos escalones como por ejemplo definir tu mensaje, saber dónde está tu público, cómo presentarnos, por qué vamos a comunicar en el canal online y cómo vamos a hacerlo (estilo, recursos, instrumentos…) y quizá las dos más importantes: dónde y cuándo comunicar. Es muy posible que recuerdes en archifamoso análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) de tu paso por la facultad, es hora de ampliar horizontes y aplicar respectivamente el CAME (corregir, afrontar, mantener y explotar). Piensa en esto antes de publicar tu próximo tuit.

Lo siguiente será preparar coherentemente tus perfiles, para lo que recomiendo seguir las líneas de la concordancia visual y comunicativa. Poco a poco todas las redes sociales se van pareciendo más entre sí, no tiene mucho sentido poner una foto de perfil diferente en cada una, por ejemplo. Yo soy más de jugar con el encabezado (la imagen de fondo), adaptando de paso la “bio” de cada perfil al estilo, lenguaje y, sobre todo, público objetivo de la misma.

Una vez que hayamos puesto negro sobre blanco lo anterior, es momento de pasar a la acción, sin dar palos de ciego y sin aumentar la ya de por sí numerosa cantidad de contenido basura que nos encontramos a menudo en internet. Como suelo decir a mis clientes: publicar en las redes sociales es la punta del iceberg, lo bueno está debajo y no se ve de primeras. Bienvenido a la monitorización.

Trabajando las redes sociales

He estado un rato pensando por dónde comenzar esta sección y creo que la frase más ilustrativa será esta: “Hay vida más allá de Facebook”.

De hecho, voy a comenzar un pequeño análisis individual de cada red por otra, la profesional por excelencia, comenzaremos por LinkedIn, en la que si tuviera que elegir algo sería la capacidad de generar contactos al no tener limitación. He encontrado colaboradores, me han llamado para dar alguna ponencia e incluso he contratado a algún proveedor gracias a LinkedIn. Mantén actualizada la pata estática (es tu currículum online al fin y al cabo) y dedica el tiempo justo a la pata dinámica (feed de noticias).

Pasando a Facebook, la primera duda surge siempre en el tipo de perfil a trabajar. ¿Lo haremos de manera personal, con amigos, o como una fanpage (ya sea de tu despacho profesional o con tu propio nombre), intentando ganar fans? Las diferencias son enormes, pero para este artículo de introducción vamos a centrarnos en trabajar en el campo personal. Lo cual no quiere decir que el contenido a publicar sean fotos de tus hijos ni selfies de comidas con amigos. Más adelante hablaré de los tipos de contenido recomendados. Facebook tiene infinidad de opciones de publicación que no suelen utilizarse por la gran mayoría de usuarios. Prueba. Juega.

Twitter es otro imprescindible. La red social más activa, rápida y por qué no, divertida, debe aparecer sin duda en tu perfil profesional. La clave aquí es que muchas veces es más útil leer y compartir a publicar tú mismo, y más si no tienes claro del todo lo que quieres transmitir. Por el momento usaremos esta red para encontrar información, difundir acciones propias y compartir noticias interesantes (mencionando la fuente o directamente linkándola).

Con Instagram tengo dudas, pues como economista puede parecer poco lógico dedicar tiempo a esta red social, pero si te contara su evolución en cifras de tráfico seguro que acabaría por convencerte. La revolución de las “stories” (iniciada por Snapchat, todo hay que decirlo) hace casi necesario dedicar unos minutos diarios a esta app. Pero cuidado, puede acabar enganchándote y hacerte perder un valioso tiempo. Mi recomendación es seguir sólo a los imprescindibles y renovarlos sin temblor cada cierto tiempo.

El repóquer sería completo añadiendo un blog propio a los cuatro utensilios anteriores, desarrollando contenido del que seas especialista, creado de forma original. Si lo haces, gástate cuatro duros en comprar un dominio y hosting propios. Hay pocas cosas más cutres que tener una bitácora profesional en una URL genérica y gratuita como las que proporcionan Blogspot o WordPress. Bueno, hay una cosa todavía más cutre, tener un correo profesional en Hotmail.

Fuentes de información

Vale, ya sabemos dónde queremos estar, ahora toca saber cómo vamos a comunicar. Es momento de buscar fuentes de información, que pueden ser propias (otras redes sociales, nuestro blog, la web de la empresa si trabajamos para una, etc…) o de terceros (aquí el abanico es inabarcable).

Dos herramientas muy recomendables, respectivamente, son Google Alerts y Google Trends. En la primera puedes programar alertas sobre cualquier tema que llegarán a tu correo electrónico de manera automática, para ello solo tienes que hacer una búsqueda en Google, pinchar en Noticias y abajo del todo verás un botón llamado “Crear alerta”, sigue los pasos y listo: cuando aparezca esa palabra (o cadena de búsqueda) en cualquier sitio de internet, serás notificado. Prueba distintas palabras y formas de búsqueda que sean interesantes, con el tiempo sabrás separar el trigo de la paja.

Respecto a Google Trends, necesitaría otro artículo completo para destripar las infinitas opciones. Solo quédate con esto: si son importantes los Trending Topic de Twitter, imagina los de Google, un buscador usado por infinitamente más gente. Comparativas de palabras, coste aproximado si quieres hacer una campaña de Adwords, términos relacionados, segmentación geográfica, evolución temporal… Una mina de oro y tú, con tiempo, un minero.

Una buena manera de complementar a los dos anteriores será tener tu propio “periódico” con las fuentes que más te interesen, haciendo que ellas vengan a ti, no tú a ellas, gracias a las RSS, ese botoncito que tienen muchas webs y sirve para suscribirte. El mejor lector actual es Feedly, solo debes añadir los orígenes y tendrás un diario personalizado cada mañana en tu móvil, tablet o pc.

Para terminar, recomiendo monitorizar los contenidos de otros colegas o empresas en sus propios perfiles, estamos viviendo muchas novedades en los motores de búsqueda de casi todas las redes sociales. Y eso es bueno. Y útil si sabes usarlo. Muchas veces merece la pena ver qué han publicado otros antes de hacerlo uno mismo. ¿Te buscas en Google? Búscate también en redes sociales, te puedes llevar una sorpresa.

Tipos de contenido

Dentro de los cuatro tipos de contenido más apropiados (según mi criterio) están la información genérica (del sector en el que te muevas pero que no sea tuya), la propia (ahora sí, toca hablar de uno mismo), la de terceros (clientes o proveedores suelen ser el mejor ejemplo) y los textos desengrasantes (sí, esos graciosos que a todos nos gusta ver de vez en cuando, pero sin pasarse y respetando la coherencia de la que hablábamos antes).

Por supuesto, doy por sentado que, aunque haya cierto contenido que es válido para todas las redes sociales, lo ideal sería modificar el lenguaje en función del lugar en el que te encuentres. ¿Hablas igual en una comida de amigos que en una reunión con un cliente? Pues eso.

Análisis de estadísticas

Iba a lanzarme y dar una recomendación sobre cuánto publicar, número de tweets, publicaciones en Facebook o entradas en el blog a la semana, pero la experiencia me hace ser prudente y no generalizar. Tenemos clientes con los que conseguimos buenos alcances con mucho menos actividad que otros. Lo suyo es probarte y claro, analizar las estadísticas. No me sirve que intuyas que va bien por los likes, dedícale tiempo a estudiar los motivos y te sorprenderás.

Conclusiones

Si el plan de comunicación online que arriba mencionábamos consta de nueve pasos, el décimo es ser tú mismo. No hay reglas genéricas ni verdades absolutas. No todo funciona igual en redes sociales. Esta guía servirá de eso, un manual para no cometer los errores que yo mismo he cometido muchas veces. El único objetivo de este artículo es intentar transmitir que la pata online de la comunicación ya no es una opción para las empresas ni para los profesionales, se trata de una tarea más que debe ser cuidada y mantenida de manera correcta. Usa el sentido común. Los aciertos o errores que aquí cometas serán parte de tu reputación. Y puede quedar grabada en e-mármol para siempre.

 

Nacho Tomás Ruiz
Director de N7 – Agencia de comunicación y marketing online
el7estaentodaspartes.com
Licenciado en administración y dirección de empresas, Murcia 2002