Buena gente.

Sí. El mundo está lleno de malas personas. No me importan.

Prefiero hablar de la cantidad de buena gente que me rodea. Esa gente que te sorprende a diario con pequeñas acciones convertidas por el que las recibe en grandes actos. Esa gente que a las tres conversaciones te permite abrirte tal cual, recíprocamente. Esa gente con la que quedas para comer o cenar por primera vez y es como si os conociérais de toda la vida. Esa gente que conoces de toda la vida y tras haber perdido el contacto unos meses (años) vuelve como si nada hubiera sucedido.

Estoy rodeado de buena gente, y eso es un lujo al que no pienso negarme..