1 de Mayo: ¿El día de qué?

Como cada año en estas fechas vuelan los cuchillos lanzados desde cualquier esquina del tablero en el que se decide el mercado laboral español. Por un lado políticos que no han pasado en su vida un proceso de selección a los que se les llena la boca con las bondades del emprendimiento y las grandiosas oportunidades laborales que se vislumbran en el horizonte gracias al gran trabajo de su partido. Por el otro sindicalistas que se atribuyen la representación de todos los trabajadores, aún estando en las antípodas de la gran mayoría, disfrutando de trabajos muy fijos y discutiendo sobre el sexo de los ángeles. Y no olvidemos las patronales, para las que sólo importan los empleadores de su ideología, dando calabazas al resto aunque contraten tanta o más gente como ellos, muchas veces bendecidos por los dos actores anteriores. Y en el medio nosotros, llegando a fin de mes por los pelos, viendo cómo se despedazan delante de las cámaras pero intuyendo que cenan juntos detrás de ellas.

Como cada 1 de Mayo revivo la misma rabia sintiendo que se ha politizado hasta lo más sagrado. Un mercado laboral que sin haber salido de la UCI sigue siendo generador de medallitas a diestro y siniestro. ¿Cómo es factible un país en el que tu futuro laboral depende en gran parte del lugar en el que naces? Sólo 1 de cada 10 navarros no encuentra trabajo, mientras que en Ceuta 1 de cada 4 están en la lista del paro. ¿Cómo es posible una Unión Europea en la que sólo trabaja 1 de cada 3 jóvenes españoles y en cambio no tendrás ningún problema si eres alemán? Las razones son difíciles de enumerar y sin duda las soluciones son aún más complicadas. Lo que no parece cuadrar es que la sociedad española siga funcionando con estos datos como si nada. O somos más duros que la mierda de palomo, como se dice en Murcia, o nos ganamos la vida haciendo submarinismo financiero.

Personalmente me encanta que el 1 de mayo sea festivo. Junto al 1 de enero y de noviembre son los únicos principios de mes en los que puedo facturar y enviar informes tranquilo. Bueno, y los dos o tres días 1 que caen en sábado o domingo cada año. Que no suene a queja, siendo la tarea que menos me gusta de las que realizo en mi día a día es la que nos da de comer al cada vez más numeroso equipo de la agencia. Mejor hacerlo relajado, sin llamadas, oyendo música en casa y disfrutando de un café bien cargado antes de salir a dar un paseo con la familia, la consecuencia únicamente importante de esta vida que de peor o mejor manera nos podemos ganar los verdaderos currantes. Que tomen nota y aprendan de nuestro esfuerzo. Falta les hace.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
2 de Mayo de 2018

 

 

 

El muro femenino

Si levantas la cabeza y miras alrededor verás que estamos rodeados de muros. Los hay antiguos, los hay modernos, bonitos, feos, algunos son útiles y otros innecesarios. Los muros separan cosas, pero unen conceptos. Unen personas que se sienten tanto obligadas a sufrir de una distancia física como unidas mentalmente. Porque a las ideas no se les puede poner puertas.

La palabra muro tiene otras acepciones como pared, tapia o muralla. Siempre me ha llamado la atención cómo de diferentes suenan en nuestra cabeza palabras que deberían ser sinónimas en significado. Pero claro, el español en su riqueza no tiene dos palabras que signifiquen exactamente lo mismo. Bendito sea.

Hay muros físicos, como los de arriba. Y los hay mentales, como los que leerás abajo. En una charla de comunicación y deporte que compartí con varias mujeres se puso sobre la mesa un interesantísimo concepto.

El muro es para muchos deportistas ese momento que separa la agonía de la gloria, superarlo significa terminar una carrera llegando a la meta. El tío del mazo te persigue siempre. Darte te va a dar, por lo que aceptarlo y conseguir reponerte es la única clave. El muro aparece en las maratones rondando el kilómetro treinta de los cuarenta y dos que supone esta distancia y es una preciosa metáfora de lo que está por venir. Retirada o éxito.

Quizá estamos viviendo en el deporte un histórico momento en el que se dan la mano dos muros: Uno, el que toca derribar, construido por unos carcamales señores que ha cosificado a la mujer durante tantos años. Y otro, el que la propia lucha por superar la discriminación sexual que desde siempre ha afectado al deporte está finalmente a punto de superar, ganando por fin su ya larga carrera histórica. Dos muros muy parecidos y un mismo problema que levantó ambos.

El anuncio reciente de la prohibición de exhibir chicas en los paddock de la Fórmula 1 choca con otras dos noticias. Por un lado MotoGP no lo contempla, argumentando que son unas trabajadoras más y por otro lado el propio circo automovilístico decidiendo «aplazar» su aplicación permitiéndolo de manera excepcional en Mónaco. Que me lo explique alguien. Las cheerleaders que animan a algunos equipos en los descansos de los partidos están también en lógica tela de juicio. Sin contar la problemática que afecta a la mujer deportista o la periodista deportiva. Por momentos me recuerda a las pioneras militares o científicas abriéndose hueco en un mundo de machos.

Ojalá dentro de unos años no tengamos que estar escribiendo columnas como esta. El muro femenino se tambalea. Estoy convencido de que mi hija sabrá treparlo. O destruirlo si fuera necesario.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
25 de Abril de 2018

 

Tu árbol genealógico

Mi hija acaba de cumplir diez años y, claro Papá, hay que hacer una buena fiesta, alcanzo dos cifras y lo más probable es que no llegue a las tres. Momento rígido. Tuve la suerte de conocer a tres de mis cuatro abuelos e incluso mantuve  una relación intensa con ellos. Me contaban las historias de sus progenitores, todos longevos, así que respondo: ¿Cómo que no, hija mía, si yo llegaré seguro a los ochenta por qué no ibas tú a alcanzar los cien?

En estas profundas conversaciones me hallo cuando me da por pensar en la descendencia, pero no a los niveles más cercanos sino a larga distancia. Echando la vista hacia arriba 25 generaciones en tu árbol genealógico e imaginando que la edad media para tener hijos son los treinta, nos encontramos con que en el año 1268 teníamos por encima aproximadamente 30 millones de familiares directos. La población de España en esa fecha (reinaba Alfonso X el Sabio, nada menos) rondaba los 5 millones. ¡Sorpresa! Mira al primero que te cruces por la calle, sois seguramente primos en algún grado y compartís sangre en un porcentaje mayor o menor. Y si tiramos un poco más allá la cosa se complica llegando a un punto en el que tendríamos más ancestros que población mundial. ¿Cómo se explica esto? Alguien se comió el tarro antes que yo y le llamó la paradoja del «Colapso del Pedigrí», los numerosos ascendentes comunes que tienen descendencia entre ellos, ya sea de manera consciente (la más que habitual consanguinidad de las monarquías españolas es un buen ejemplo) o inconsciente (muy probablemente tu cónyuge sea primo séptimo).

No deja de ser fascinante pensar que si tú estás hoy aquí leyendo esto ha sido necesario que todos tus miles de abuelos llegaran vivos a la edad de procrear. Y que procrearan. En la actualidad parece sencillo, pero en el siglo XIII no era tan fácil. El resultado de todos esos miles momentos eres tú. Mira hacia arriba y verás una enorme masa que ha desembocado en ti. Hemos podado nuestro árbol genealógico, ahora toca regarlo.

Piensa que dentro de setecientos años serás tú uno de los progenitores de esa futura persona que quizá se ponga a pensar también en esto. Pero dentro de muchos menos años habrás desaparecido y dentro de un poco más habrán desaparecido tus hijos. Para esa persona sólo serás uno de sus millones de abuelos que se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Una gota insignificante pero sin la cual el proceso se acabaría. Somos el banal eslabón en la cadena de la vida de otro. De otros.

Aparentemente intrascendentes pero a la vez imprescindibles. Somos grandes, somos pequeños, somos nosotros. Nada más y nada menos.

 

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 18 de Abril de 2018

 

 

La punta del máster

Menuda se ha montado. Con lo fácil que habría sido decir lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir. Si lo dijo el Rey cualquiera puede hacerlo. Lo del máster de Cifuentes tiene tantas sombras y da tanta pereza comentarlo que en su lugar me ha dado por pensar en los motivos que llevan al personal a mentir en sus currículums.

La titulitis es la primera causa. Algunos creen que sin una carrera no eres nadie. Afirmación que teniendo un lado cierto esconde algunos peros. Conozco gente sin estudios superiores mejores profesionales en su sector que titulados universitarios. Yo mismo al terminar la licenciatura y saltar sin red al mundo laboral tuve que darme cientos de vergonzosos tortazos antes de entender algunas cosas que se explicaban cien veces mejor en las prácticas de un módulo de formación profesional. Titulitis o tarjetitis como máximo exponente del ridículo mundo actual de los CEO, CTO, CFO y demás que siempre me traslada a la mítica escena de American Psycho.

La tremenda crisis laboral que hemos sufrido en nuestro país es el segundo motivo. Esa promesa de obtener un puesto de trabajo si estás más formado que el candidato de al lado. Podría entender que alguien falsifique «piadosamente» su CV para obtener un primer puesto de trabajo pero qué sentido tiene hacerlo para una carrera política en la que a menudo lo único que se pide es pertenecer al partido desde joven. Curioso que para ser cajero de supermercado te exijan inglés pero no sea necesario para ejercer de ministro o presidente del gobierno. Y qué decir de la paradoja de la sobre-cualificación, esos que deben mentir en su CV pero al revés, restándose méritos, para poder acceder a un precario salario. Injusticia inmensa.

Tercera causa: el propio sistema formativo. La Universidad es una maravilla pero debe repensarse cada cierto tiempo, evolucionar. Muchos profesores son excelentes formadores teóricos, pero no han tenido un puesto de trabajo fuera de la docencia, en el «mundo real», y poca de la necesaria práctica podrán ofrecer a sus alumnos. Por este lado, cuando hablamos de burbujas nos viene a la cabeza la puntocom y la del ladrillo pero últimamente parece que hay más másters que alumnos. O más centros de formación que programas formativos. Mucho listillo sacando tajada de gente necesitada.

Quizá lo del máster de Cifuentes sirva para meter mano a algunos de estos lugares de estudio y sus ofertas formativas: evaluar lo necesario, lo accesorio y lo superfluo. Limpiar. Un asunto generado por cuatro estafadores que daña por igual al resto de miles de actores: alumnos, profesores y centros que actúan de buena fe y creen en una educación de calidad y con valores, de los que tan faltos estamos.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 11 de Abril de 2018

 

 

De bien nacido

Si tengo que comenzar por algún sitio, lo haré dando las gracias por no haber nacido en el lugar equivocado. Tu vida está marcada por donde naciste y la suerte de hacerlo en el primer mundo es la llave que abre las siguientes puertas.

Agradezco después haber tenido unos padres que permitieron que creciera por dentro a la vez que lo hacía por fuera, una familia que aceptó las dificultades que a todos nos alcanzan de manera natural, diferente y ejemplar. Las raíces de la vida.

Nunca agradeceré lo suficiente haber disfrutado de una infancia plena. Los hermanos con los que comienzan los sondeos de la futura vida. Antes de salir al ruedo, es hora de bregarse y con ellos tocó jugar continuos partidos amistosos previos a la competición. Y los primos, ese ensayo general de los amigos que luego tendrás. Doy gracias por los sobrinos que me están llegando. Por los ahijados. Por los padrinos.

Doy gracias por descubrir la adolescencia cuando tocaba. Ni antes ni después. Por haber dado los pasos, buenos y malos, en su debido momento. Por los amigos que aún disfruto y por las tardes de mirada perdida. Por el colegio, por el instituto y por la universidad. Los tres grandes brochazos que tuve la suerte de recibir. Gracias por los compañeros de pupitre, por los profesores y por los suspensos a tiempo.

Si hay otra puerta clave en la existencia es el trabajo. Doy gracias por haber encontrado una llave que la abre con una sonrisa. Casi siempre. Agradezco disfrutar del mío cada mañana, cada madrugón, cada viaje, cada reunión, cada IVA, cada marrón.

Agradezco que el deporte se cruzara en mi vida desde niño. Es el cemento que mantiene en equilibrio nuestros complejos edificios mientras se tambalean azotados por continuos terremotos.

Y hablando de armonía, la de mi vida tiene una protagonista: mi mujer. La mejor elección que nunca hice.

Termino dando las gracias por mis hijos, por haber sido tocado con la varita de su chispa, de su normalidad y de su felicidad. Si la mayor suerte es nacer en el lugar acertado, que tus hijos te sigan con salud es el premio gordo.

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 4 de Abril de 2018

 

 

 

Hacer deporte desde el sofá

El pasado domingo se vivió un nuevo episodio de la revolución de los contenidos digitales. Podríamos decir, sin temor a exagerar, que se produjo un hito sin precedentes en la historia de los videojuegos. Os cuento: existe un YouTuber (persona que tiene canal propio en la plataforma y sube/comparte contenido con cierta frecuencia) llamado Rubius que básicamente se dedica a hacer el chorra (a mí me encanta si os sirve de algo mi opinión). Vale, pues este chaval, español para más señas, tiene varios récords en su haber tales como conseguir el tuit con mayor difusión (número de compartidos) en 2016 a nivel mundial. Para ello sólo le hizo falta escribir «Limonada» y que lo replicaran más de un millón y medio de personas. Tela. Otra de sus hazañas es tener más seguidores en Twitter que Mariano Rajoy, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pedro Sánchez… ¡Juntos!

El nombre real de este chico es Rubén Doblas Gundersen, hijo de madre noruega y padre español, y su última idea fue juntar a cien youtubers como él, retransmitiendo todos al mismo tiempo en sus canales, mientras jugaban en directo al juego de moda, Fortnite. Como dato comentar que Rubius tiene 28 millones de suscriptores, más que Telecinco, Cuatro, Antena 3, La Sexta, Real Madrid, Barça, La Voz y Operación Triunfo juntos. Pues bien, la idea le salió redonda, congregando a más de 1 millón de personas en directo, marcando un nuevo récord mundial en esta plataforma, y ya lleva más de 15 millones de audiencia en «diferido». Imaginad lo contento que debe estar el fabricante del juego, patrocinador del asunto al fin y al cabo. Y el propio Rubius, claro, cuyos ingresos anuales se estiman cerca del millón de euros gracias a todo esto.

Se dio la casualidad de que el mismo domingo se desarrolló la final de otro videojuego, League of Legends, en un Teatro Circo de Murcia totalmente abarrotado. Se trata de un sector en auge y que cuenta en España con su propia Liga de Videojuegos Profesional (LVP). Otra muestra más del tirón que tienen los deportes electrónicos en nuestro país es el campeonato de Clash Royale (uno de mis preferidos) que está organizando RTVE y que cuenta con comentaristas que nada tienen que envidiar a los del resto de deportes.

Nadie quiere quedarse fuera y hasta LaLiga anunció hace poco su proyecto de eSports con el fútbol , no podía ser de otra forma, como hilo conductor. Siempre he sido fiel defensor de las bondades que los juegos, con moderación y control como casi todo en la vida, pueden transmitir a los niños.

Es hora de abrir los ojos y seguir bien atentos. ¡Es hora de jugar!

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
28 de Marzo de 2018

 

 

Reciclando la telebasura

Otra vez han reventado el share. Los vergonzosos programas que se emiten a todas horas por todos los canales de nuestras televisiones vuelven a ser los más vistos. Da igual cuando leas esto. Sólo el fútbol es capaz de hacer sombra a estas inmundicias visuales que llenan tantas horas de programación como cabezas de personas. Algo deben tener que incluso enganchan a los que menos te esperas.

La ciencia tiene algo que decir al respecto y ha demostrado que la actividad cerebral tumbado en el sofá con el mando en la mano es aún menor que cuando dormimos. Ya tenemos una primera explicación en forma de ocio: veo la tele porque me aburro o porque me sirve para desconectar. Y tanto: tu cerebro descansa más así que cuando sueñas. El problema surge cuando la diversión pasa a adicción y la televisión se presta fácilmente a ello puesto que durante su consumo hay una cierta sensación de placer al dejarse llevar. ¿Drogavisión?

La telebasura, ahondando en ella, ejerce además un efecto relajante, algo así como los dibujos animados para los niños. La vemos, pasa el tiempo y ni nos enteramos. Pero intentaré no generalizar, la tele es simplemente un aparato que transmite, nada más. Hay programas buenos y malos. Culturales y denigrantes. Películas excelentes y bodrios infumables. La misma idiotez es culpar al electrodoméstico como adular un libro por el mero hecho de serlo. He leído librobasuras que no tienen nada que envidiar a «Mujeres y hombres y viceversa». La telebasura no son sólo los programas de mamarrachos tirándose de los pelos en directo. Es el amarillismo que nos invade cada vez que un drama traspasa las fronteras familiares y salta al plató. Gabriel ha sido el último ejemplo.

Atajar este fenómeno nunca puede estar en manos de las propias televisiones que siguen el paso marcado por los anunciantes. Las manos a la cabeza por una teta pero se permite la denigración continua en horario infantil. Que alguien me lo explique. Es el espectador el que tiene el poder, pudiendo elegir otro consumo. Si cada día somos más responsables a la hora de llenar nuestro frigorífico… ¿Por qué no llenamos nuestra cabeza de la misma forma?

Propongo reciclar la telebasura. A nuestra disposición una gratuita infinidad de canales de YouTube con una calidad que ya quisieran ciertas productoras audiovisuales. Por cuatro duros al mes tienes Netflix, HBO o similares. También podemos convertir la TDT en algo diferente y productivo sencillamente cambiando el idioma.

Veremos basura sí, pero al menos será basura en inglés.

Oh shit!

 

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
www.nachotomas.com
Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 21 de Marzo de 2018