Que Murcia está siendo cuna de la mejor música de España no es un secreto desde hace años, no soy tampoco el primero que se lanza a comentar la cantidad de bandas que han surgido en esta zona del país últimamente. Puede que Second iniciara el camino que posteriormente (y a la par en estos días) están recorriendo juntos Viva Suecia, Varry Brava o Funambulista (por poner ejemplos de grupos a los que me gustan y he visto en directo).
La nueva sensación patria se llama Arde Bogotá, un ciclón formado por cuatro chiquillos de Cartagena a los que tuve la suerte de disfrutar el otro día en la Plaza de Toros de la capital, dentro del festival MurciaOn, a los que desde aquí agradezco su apuesta por un cartel que mezcla las grandes estrellas comerciales con otras alternativas musicales como el hiphop o las nuevas y menos conocidas hornadas.
Llegué al concierto con las mismas ganas locas de volver a escuchar música en directo que teníamos todos, pero sin conocer nada al grupo sobre el que ahora estoy escribiendo. Ni una canción. Nada. No quise saber de ellos ni un acorde, sólo las buenas críticas que me habían llegado por diversas fuentes.
Comenzaron con una fuerza tan descomunal que por un momento me trasladó a otros momentos de mi vida musical, influencias por todos lados, pero autenticidad de sobra. Quizá esa sea la clave de la evolución del rock, porque Arde Bogotá es ROCK en mayúsculas. Iba a poner algunas de las referencias que me han venido a la cabeza, pero con cada escucha (que no han sido pocas, debo reconocer) la lista se amplía. Te lo dejo a ti, lector. Oye y disfruta.
Como si de inventar un licor se tratara, la clave de conseguir algo sabroso es destilar los orígenes de tus gustos musicales en el alambique de la creación, consiguiendo un nuevo producto capaz de trasladarte, sólo en pequeñas dosis, a otros lugares y otras épocas. Sin duda Antonio, Jota, Pepe y Dani lo han conseguido, acompañados entre bambalinas por Lalo. Entre todos han alcanzado que la sensación del directo sea acojonante, luego llegas a casa, les escuchas en estudio y siguen a la altura con creces. No es sencillo sonar tan bien dentro y fuera.
Cuánto echábamos de menos en directo estos guitarrazos, la consistencia de la batería, las líneas machaconas del bajo y el vozarrón de un frontman que tiene en todo momento controlado el ritmo del show, concentrados en lo suyo, contundentes, precisos y con estilazo. Frescura y experiencia, valga la paradoja. Se dice pronto, pero qué complicado mezclar todo con semejante eficacia. Parece que la banda lleve tocando toda la vida y sólo tienen veintipocos, el futuro es suyo.
Parafraseando el título de su debut: Actitud les sobra y tienen por delante todo el tiempo del mundo. Que estos tíos van a triunfar lo saben hasta en el exoplaneta 571-/9A.
Nacho Tomás
HISTORIAS DE UN PUBLICISTA
Twitter: @nachotomas
La Verdad de Murcia
Junio 2021