Mis hijos ya conocen esta historia. Estoy deseando contársela a mis nietos.
Salgo de Murcia en coche a las 7 de la mañana dirección Denia. Veo a los padres de Marce 20 años después, buena gente. Desde allí, en velero, zarpamos hacia Formentera. Nando, el patrón, nos auguró 8 horas de trayecto, con algo de viento, sin mayores complicaciones aunque quizá sobre las 15h podría haber algo de “rasca”. Los 6 valientes que vamos a correr la Media Maratón, junto a 3 acompañantes que van a las islas por trabajo, salimos de la península a la hora prevista. Los citados Nando y Marce, junto a Txema, Willy, Pitu y yo, somos los deportistas. Jose, Juan Fran y Michu, completan el staff.
Todo son sonrisas, varios aperitivos, ponemos el mantel, gafas de sol, aire en la cara. Contamos historias, hablamos de las marcas que pensamos hacer, de los planes cuando lleguemos. Consultamos el tiempo, incluso podemos ver nuestros móviles. Nos ponemos al día. Como es natural, comienzan los mareos, el balanceo del barco es criminal para los que no estamos acostumbrados. Jose incluso vomita varias veces, pero se lo toma francamente bien. Creo que me estoy quemando un poco. Aún así, todo es muy disfrutable, como lo demuestra la siguiente foto.
He viajado en velero algunas veces, siempre a modo de “cabotaje”, sin alejarnos mucho de la costa. Esto no tiene nada que ver. Por momentos no se ve tierra firme. Es una sensación indescriptible, mezcla de tranquilidad y desasosiego. Sentimientos extremos. La verdadera diversión comienza cuando llegamos a la altura de Ibiza. El mar se despierta de la siesta y las olas se hacen cadae vez más grandes. Soy malísimo con las mediciones de casi todo, pero no creo que sean menores de tres metros. Luego cuatro, quizá cinco. Por momentos estamos rodeados por moles de agua, me siento como un tapón de corcho en una piscina. El viento sopla cada vez más. Acierto a ver 35 nudos por hora en el marcador. El lado bueno es que el mareo desaparece como por arte de magia, el miedo es más fuerte. Mucho más fuerte. El video está grabado cuando todavía no estamos del todo en harina y me atrevo a coger el móvil para filmar. Luego la cosa se pone un poco más fea. Lo increíble del asunto es que al final de trayecto consigo incluso dormirme un rato en los camarotes de abajo. Estoy hecho un marinero.
Llegamos a Formentera sobre las 18h, con unos vientos brutales. Después de 8 horas de barco sin coger el teléfono, veo la ristra de wasaps de familiares y amigos preguntándome qué tal. En las noticias daban temporal e incluso han cancelado algún Ferry. Me dicen por Twitter que nos aplaudieron desde uno de ellos cuando estábamos llegando a puerto. Los valientes del Kelian. La tarde noche del viernes la pasamos cerca del puerto, no están los cuerpos para mucho más. Espero que la paliza del viaje no me pase factura en la carrera. Mucha tensión acumulada. Vemos la final de la Copa del Rey en un bar de La Savina, somos un grupo de valencianistas y poco más que añadir. La noche se me hace larga, dormir en el barco amarrado no es fácil, al menos la primera noche, y sobre las 4 de la mañana tengo que salir con un mareo de dimensiones bíblicas que me revuelve las tripas y tengo que expulsar gran parte de lo he comido. Ver para creer, lo paso incluso peor en tierra, todo me da vueltas. Menuda relajación previa a la media maratón…
El sábado todo se ve de otra manera. Sale el sol, que había estado jugueteando con las nubes y parece que hará calor por la tarde (la salida está prevista a las 17:30) aunque el viento sigue en aumento. Los que habéis corrido con viento sabéis lo incómodo que es. Desayunamos como marqueses gracias a Txema “el cocinitas” y vamos a por los dorsales a San Francesc en una furgoneta de obra que nos dejan los currantes amigos. Allí conozco a Miguel Angel de “A la carrera”. ¡Qué buenos tíos! Aprovechamos para hacer algo de turismo por la zona, y a las 13:30 estamos comiendo pasta como si no hubiera un mañana. Intentamos descansar un poco y a las 16:30 ya montados en el autobús que nos acerca a la salida, una de las zonas más bonitas que he visto en mi vida. La Mola, un acantilado cortado en vertical a casi 200 metros sobre el nivel del mar.
Comenzamos a correr, una recta de 2kms, coronada con una pequeña subida de otros 2kms, nos da la bienvenida, todo aderezado por un viento en contra de unos 60 km/h. Con la multitud inicial lo noto menos, pero tras la gran bajada de otros 4kms, las distancias entre corredores se acentúan, y con ello la sensación del viento que, por momentos, incluso impide hasta ajustar con normalidad la respiración. Me pego a un corredor enorme, intentando usarlo de pantalla y la verdad es que se nota. Hasta que decido que el ritmo que llevamos es demasiado lento y le adelanto. Me recuerda a cuando vas con la moto detrás de un camión un buen rato, y cambias al carril izquierdo de la autovía.
Me veo muy fuerte. Una recta infinita, de casi 10 kms, con continuo sube-baja, se me pega a las piernas como pegamento. Es la primera vez que veo que se forman “abanicos” en una carrera a pie. La foto de arriba define bastante. Brutal.
Poco a poco voy subiendo el ritmo, controlando el pulso por kilómetros, me gusta cumplir los proyectos de carrera, me hace estar seguro de que no voy a reventar, aunque quizá esta técnica evite que cuando estoy fino como esta vez, consiga mejores marcas. Con todo, me veo suelto, a una media cojonuda. Me lo empiezo a creer. Si sigo así, bajo de la hora cuarenta. Consigo dar alcance a una chica que aparenta ir sobrada y me pongo a su ritmo. Sigo mejorando, y llego a los últimos 5 kms con buenísimas sensaciones.
La zona de Las Salinas es especialmente dura, con más viento aún al estar totalmente despejado el entorno de la carretera. Sorprendemente adelanto a muchos corredores en este último tramo. En estos momentos se nota los que hemos reservado y controlado un poco. Curiosamente me adelanta Pitu, que va como un misil. Por mi parte voy obsesionado con bajar de 1h40m, sin dejar de hacer cálculos mentales de minutos por kilómetro, distancia restante, medias y demás… Finalmente cruzo la meta con un tiempo oficial de 1h39m35s, lo que da una media de 4:44m/km, algo de lo que puedo estar orgulloso. Consigo el puesto 262 de casi 1.200 corredores.
Recojo la medalla, estiro, me hidrato a lo bestia y espero a que siga llegando el resto de la expedición, todos con grandes marcas. Y eso que era la primera media maratón para muchos de ellos. Lo celebramos con una buena cerveza, sorpresa, marca Estrella Levante (murciana) y, tras la ducha, vamos a cenar a una pizzeria del puerto con Javi Pascual (compañero de varias carreras ya) y Santi (mega-crack). Después en el barco tenemos una fiesta a la que vienen los amigos que nos acompañaron en el velero y se van a quedar aquí unos días. Cómo estaría de cansado que sólo me bebo media copa y caigo rendido.
El viaje de vuelta no tiene nada que ver. Viento y olas sí, pero totalmente relajantes y controladas. Tanto que nos comemos 6 barras de jamón serrano y queso y me echo una siesta de 3 o 4 horas en el camarote. El resto del trayecto lo disfruto, pensando en la aventura que hemos vivido. Al llegar al puerto de Denia, nos hacemos esta foto, con medalla a lo Nadal, para el recuerdo.
Cuando cojo el coche para hacer el último tramo, de Denia a Murcia, tengo más agujetas en los brazos que en las piernas. Los dos viajes en velero, agarrado a dónde podía, me han dejado KO. Agradezco a todos y cada uno de los compañeros arriba mencionados de esta odisea su parte de culpa en que se haya grabado a fuego en mi memoria. ¡GRACIAS!
Durante varios días sigo con el mareo de tierra que, en lugar de molestar, me trae los recuerdos de una aventura que, desde ya mismo, será fecha fija todos los años en mi calendario deportivo.
NOTA:
El lunes siguiente he dedicado mi programa en ROM (Radio Online Murcia) a esta aventura, contando con la participación de Marce, gerente de Viajar en Velero. Aquí está el enlace: LINK.
Muy bueno el post Nacho. Bonita aventura.
Gracias! La verdad es que fue épico! 😉
El viaje más divertido de los últimos años. Con la de tiempo que llevo yendo a Formentera, lo de ir a correr la Media Maratón ha sido un descubrimiento a tener en cuenta para los próximos años. Un saludo para Nacho, Willy, Juan, Nando, Pitu, Txema, Michu y Jose!!
¡Más vale que lo tengáis en cuenta o tendré que ir en Ferry!
Gracias por comentar chicos!
Hola Nacho. Muy buena marca. Especialmente por dos razones.
1- No és la preparación ideal para una media, estar echanco la pota el día anterior.
2-En una media con rectas tan largas, como tu bien dices, si no tienes la referencia de alguien delante tuyo, se hacen eternas y el viento es otro factor a tener en cuenta. En la ciudad estás protegido, aquí, res de res.
Yo, he hecho 3 este año (Orihuela, Murcia y Pilar Horadada) y sin hacer calidad (series), siempre me muevo en la horquilla del 1,40-1,45. Cualquiera que corra sabe que son duras. No me imagino una maratón. Bueno, Me la imagino pero no sé si la correré.
Solo de pensar en la travesía me da angustia. Yo y los barcos, no nos llevamos bien. En avión, en cambio, no me mareo.
Bonita experiencia y a seguir entrenando duro.
@jalarandiga
Gracias Juan Antonio, la verdad es que estoy super contento.
Has pensando en pasarte al Triatlon? A mí me ha picado con ganas… 😉
Hola de nuevo. Llevo montando en bici de carretera desde los 10 años y nadando igual. Correr, he corrido mucho jugando a baloncesto y demás. En carreras populares sólo llevo 2 años. El año pasado me enganché demasiado hasta que me lesioné en el aquiles. Este año estoy tomándomelo con más tranquilidad, corriendo a lo sumo, dos veces al mes en carreras muy seleccionadas. Triatlón??. Si, lo he pensado, pero siendo realistas, trabajando a jornada partida y con dos niños (14 y 8), mujer que tb. trabaja, veo muy dificil poder entrerar para acabar con un mínimo de dignidad. Me conformo con alguna travesia a nado, carreras por aquí y por allá y jugar a baloncesto los jueves con los amigos. Oye, y alguna cerveza que va bien para la salud mental. Ya veo que tú, has entrado con ganas. Recuerdo años atrás que veías una carrera popular con 50 locos. Hoy, es rara la que no tiene 200 o 300 inscripciones. Sobre todo de cuarentones cómo yo. A tí, no te meto en el saco. Creo que eres más joven. No te aburro más. Si coincidimos en alguna carrera y te reconozco, te saludaré. Mi próxima es en Alquerías. 10km nocturnos. Juego en casa, ya que vivo allí. Saludos y nos seguimos por aquí y en twitter. Abrazos.
¡Hola de nuevo! Yo también voy hasta arriba de trabajo (N7 y ROM) y tengo 2 hijos pequeños. Entre semana suelo estar en la calle corriendo a las 7:15AM. Será un placer cruzarnos en alguna carrera. ¡Ya te sigo en Twitter! Esta misma semana cumplí 36, así que camino de cuarentón, jeje!
¡Saludos!
Vaya aventura Nacho, fin de semana completito, travesía y media maratón de las chulas y duras,con una filosofía diferente sin duda. Hacer la media con las condiciones de viento que hubo y después de la travesía ha sido un buen entreno para aprender a sufrir. Enhorabuena.
Buenas Jose Armando!
Sufrir así es sufrir poco, tú si que sabes lo que es sufrir con tus Ironmanes! 😉