¿Por qué no escribo sobre política?

Es habitual que me pregunten por qué no escribo sobre política. Por qué no me mojo, dicen algunos. El motivo principal es que actualmente hablar de política se confunde con hablar de políticos y de partidos. Parece que si no criticas a Pedrito, Menganito, Pablito o Zutanito no estás haciendo política o no te estás mostrando. Parece que si no aplaudes a Alberto o Santiago estás en su contra. Pues miren, no. Hablar de política es hablar de ideas, no tirar de hemeroteca buscando en la basura ese vídeo de hace diez años o ese tuit desafortunado de hace diez horas que precisamente cobra sentido justo cuando a ti te interesa.

Casi todo lo que escribo tiene un regusto a política, tiene un tinte de ese estilo si eres capaz de entenderla como la entienden aquellos que la usan para arrimar el hombro con las herramientas que cada uno tiene a su alcance, justo al contrario de la histórica (e histriónica a la par que certera) definición de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.” Para mí hacer política es ayudar a los demás.

No hablo de política porque tú vas a leer lo que quieras entender, así funcionan las redes sociales ni más ni menos, enseñándonos aquello que nos gusta y con lo que estamos de acuerdo, incluso cuando es mentira. O peor aún, incluso cuando puedes intuir y oler que es mentira pero lo disparas a través de un grupo de WhatsApp porque te quema en las manos. Y no tienes ni idea (o peor, sí la tienes) de lo que vas a acabar generando. Enseñar lo que gusta, en base a tus likes, y ocultar aquello con lo que no comulgas. El periódico perfecto, ¿eh?

Algunos confunden la equidistancia con la perspectiva, con la capacidad de cambiar de punto de vista a menudo, de encontrar lo bueno entre tanta mediocridad. La política no puede pasar por ese que ostenta seis cargos diferentes en seis años. No puede ser dar clases de emprendimiento o economía doméstica sin haber cotizado en la vida. No puede consistir en una campaña electoral permanente.

No escribo de política porque no tengo miedo a hacerlo, pero nunca de la manera que tú, mamporrero online y cobarde en persona, quieres creer que es la correcta. Porque la política es educación y, por qué no, cambiar de opinión hoy, mañana y pasado si las circunstancias son diferentes. O favorables. Que ya basta de postureo.

De política prefiero hablar con mis amigos, usando los gestos, las manos, las miradas y el tono que también uso en persona con los políticos, a los que tengo la suerte de conocer de todo tipo y condición, de todo partido y circunstancia, consiguiendo que les llegue lo que quiero que conozcan, no malinterpretado o tendencioso, sino de mi voz y boca, en directo y a la cara.

UN TUITERO EN PAPEL
Nacho Tomás
Twitter: @nachotomas
Artículo publicado en La Verdad de Murcia
27 de noviembre de 2019