Domingo 16 de Diciembre, 8 de la mañana, cielos nublados y 13ºC de temperatura, aunque no va a llover y no hace frío. Es un día perfecto para una carrera que afronto con muchas ganas. Murcia desierta. Me gusta. Está amaneciendo mientras conduzco mi coche dirección a Elche. Estoy acostumbrado a salir a correr a estas horas, incluso antes, de noche cerrada, pero no es lo mismo. Los días de carrera los nervios te hacen ver todo de otro color. Incluso así estoy más tranquilo que de costumbre, he preparado esta prueba con ganas y con cabeza, aunque desde el jueves pasado he bajado algo el ritmo, ya que he tenido comidas y cenas encadenadas día tras día. Espero que no me pasen factura.
Voy a correr mi primer Duatlon, y encima Cross, consistente en 7 km corriendo, 22 km en MTB (bici de montaña) y por último 3.5 km corriendo de nuevo. En la lista de inscritos aparecen 334 valientes. Llegamos a Elche, voy con Javi y Domingo, aparcamos los coches y el aire ya huele a carrera. Ambientazo en el aparcamiento. Me fijo en la equipación de los demás. Primera novatada del día: se me ha olvidado el reloj. Hace tiempo que corro sin pulsómetro, pero me gusta, por lo menos, saber qué tiempos de carrera voy haciendo. Me relajo pensando que iré junto a Javi hasta el tercer sector, tal como habíamos quedado y me puede ir cantando los parciales mientras tanto. Recogemos los dorsales y el chip. Es mi primera carrera con bici de montaña y me entregan unas bridas para fijar el número al frontal. Comienzan los nervios.
Siguiendo los consejos de mi amigo (y Ironman) Oscar me he comido un plátano a las 9, una hora antes de empezar. Dejamos las bicis en boxes y nos dirigimos a la salida.
Con puntualidad suiza comienza la primera parte a pie. Por delante 7km urbanos mixtos de asfalto y tierra. El recorrido es precioso, por la orilla del río Vinalopó, pasando por el Parque Municipal, subiendo rampas y escaleras, aunque prácticamente llano. Voy junto a Javi, dosificando. Hemos empezado en la cola y tenemos que recuperar algunas posiciones naturales antes de buscar nuestro ritmo. Ya desde el principio noto que voy bien. Debemos rondar los 4:00 min/km, un ritmo más que aceptable para este primer sector, así que nos mantenemos. Me distancio algo de mi compañero, pero seguimos bastante juntos. El pelotón se alarga. Estoy disfrutando.
Tanto que se me hace cortísimo (en realidad según el Garmin de Javi son 6km, nunca entenderé el motivo de estos errores de cálculo en las mediciones de las distancias. que suele suceder tan a menudo. Al final lo que cuenta es el puesto en el que llegas, está claro, pero las medias se distorsionan y no ayudan al control post-carrera). Llego a boxes muy fresco y me dispongo a realizar la primera transición. Debo estar entre los 100 primeros. Me quito las zapatillas de correr y me pongo las botas de calas, el casco y la chaqueta. No consigo subir la cremallera. Ya lo haré en marcha, pienso. Los guantes también se me atragantan y pierdo unos valiosos segundos. Giro el dorsal hacia atrás, descuelgo la montura y comienzo el segundo sector. Nunca había practicado esta transición correr-bici por lo que los primeros metros voy con miedo. Pero no. No pasa nada. O eso creo.
El circuito de la MTB comienza por asfalto pero poco dura la tranquilidad, enseguida salimos de la ciudad dirección norte. Tierra. Senderos técnicos. Subidas. Muchas subidas. Más de lo que podía pensar. Estuve varios días buscando el perfil de este tramo por internet, envíe correos a la organización, comenté en la web, pero nada, sin respuesta. Un negativo para ellos. La bici es mi talón de Aquiles y es el sector más importante de este tipo de pruebas, por lo que se torna en determinante.
Decir eterno es quedarse corto, se me está haciendo interminable. Multitud de adelantamientos, y yo sigo sin poder evitar dar ánimos a los que lo hacen. La mente es poderosa y sé que a veces suplo mi falta de calidad con un espíritu de ganador. Los ánimos que les doy son mi autosugestión. No tengo, como otros, la obsesión de no pinchar, de hecho me dejé la cámara de repuesto y las herramientas en el coche. Sabía que no me iba a pasar. Con toda esta movida mental consigo ir haciendo kilómetros. Llevo 1 hora y media a tope y, por primera vez en mi vida, se me suben los gemelos. Es una sensación rara. No llega a ser dolorosa, es extraño. Me sucede cada vez que tengo que subir a la bici tras varios tramos en los que tenemos que bajarnos. Las rampas son de vértigo y además, cuando se para el de delante, no hay espacio para adelantar. Y viceversa. Cuando me paro no dejo espacio al resto. Tengo que aprovechar para estirar en las zonas de bajada. La anterior transición que no había practicado está tomándose la revancha. Tramos rompepiernas y una dureza sin igual en mi poca experiencia en MTB. Eso sí, entorno inigualable.
La parte final, en cambio, disfruto como nunca, cojo un buen ritmo, al ser descenso, y recupero varias posiciones. Al final he perdido unos 50 puestos en algo más de 1 hora de recorrido. Estrechísimos senderos, algunos saltos y el asfalto zigzagueante del Parque Infantil de Tráfico me alegran el sector. Llego a la zona de boxes cuando los primeros clasificados ya están entrando en meta. Vaya máquinas, pienso, mientras echo pie a tierra y busco mi número. 143.
Dejo la bici lo mejor que puedo, me tiemblan un poco las piernas, y me quito las botas, el casco, los guantes y la chaqueta. Pierdo casi un minuto para poner y atarme de nuevo las zapatillas. Nota mental: traer un calzador para la próxima vez. Giro el dorsal hacia delante, normas de los triatlones-duatlones y salgo zumbando a comerme la parte final. Los primeros pasos, como siempre tras dejar la bici y ponerse a correr, son especiales. Una sensación similar a la de tener las piernas dormidas. Me gusta este momento. Además, como ya lo conozco, sé que dura poco. En cuanto giro de nuevo hacia el río, noto que estoy muy fuerte. Tanto que no paro de adelantar en todo el recorrido. Una pena que sea tan corto este sector. El recorrido, de nuevo, es una maravilla. En los escasos 11 minutos que necesito para completarlo debo adelantar a unos 40 participantes. Mi sorpresa es que en esta última parte hago el 47º mejor tiempo.
Cuando no debe quedar más de 1 km para el final, oigo como la gente anima a dos corredores que llevo por delante. ¡Son las primeras chicas! Voy a por ellas vaciándome por completo y consigo alcanzarlas en la última curva, antes de enfocar la recta de meta. Adelanto a una de ellas, pero la otra pega un hachazo que me deja totalmente descolocado y consigue sacarme unos metros para entrar un puesto por delante. Me alegro por ella y soy el primero en felicitarla. Deja vu. En la carrera de Aidemar de este verano, también quedé justo por detrás de la primera fémina. No sé qué pensar. Bueno sí. En el fondo es un puestazo, estas chicas van como motos. Como dice un amigo, si me cambio de sexo, medalla fijo.
Resumiendo:
- 1ª Carrera a pie: 26:44 – Puesto 117
- Transición 1: 1:38
- Carrera MTB: 1:07:44 – Puesto: 148
- Transición 2: 1:35
- 2ª Carrera a pie: 11:40 – Puesto: 47
- TOTAL: 1:49:21
Acabo finalmente en el puesto 131, el 95 de mi categoría. Sólo mejorando las transiciones para conseguir el tiempo medio del resto, habría quedado sin problemas entre los 100 primeros. La bici se me ha vuelto a atragantar, aunque el postre de la segunda carrera a pie me va a dejar la sonrisa en la cara durante bastante tiempo. Como si lo viera.
Mi primer Duatlon ha sido más duro que mi primer Triatlon, y eso que estaba más preparado. La parte a nado no castiga las piernas tanto como correr. Además, en total han sido 17 minutos más de caña. La cara de la foto en meta lo dice todo, ¿verdad?
Como guinda al pastel, me llevo haber compartido la experiencia con Javi Pascual (retomando una amistad de hace años) y haber conocido a Domingo (pedazo de crack). Para celebrarlo, nos hemos ido a comer los tres juntos, un homenaje como merecemos. Pagó el último, pero eso, como siempre, es lo de menos..
Gran relato!! Enhorabuena, estás hecho una máquina
Muy detallado Nacho…estuviste más presente que yo…¡¡hasta presenciaste el “hachazo” de la Primera Chica (Noelia) jajaj…yo no lo ví venir.
Espero que coincidamos en otras, eso sí, no te recomiendo el cambio de Sexo, no compensa una medalla… 🙂
Gracias por comentar!
¡Sal del anonimato y dinos quién eres!
No tanto como máquina, pero voy mejorando. Gracias por el comentario!
Grande hermano!!
Me gusta que te hayas picado con el deporte, marca excelente en la última parte.
A bloque!
Gracias tio, parte de culpa es tuya.
Que pague el último es lo de menos… si los primeros no comen mucho. Enhorabuena crack.
Gracias Raul! Como más de lo que puedes imaginar. 😉
¡Enhorabuena!
Increíble el último tramo.
Gracias Mariluz, la verdad es que hasta yo mismo me sorprendí.
¡Enhorabuena! Lo de los gemelos no lo culpes 100% a lo de “novato en la MTB”… piensa más de las botas. Si hay tramos alternos a pie y bici, y las botas son de base muy rígida, son ideales para pedalear, pero cuando toca andar con la bici a cuestas te revientan los gemelos.
Hola Juan José!
Sí, posiblemente fuera debido a las botas, pero lo peor era cuando levantaba la pierna para subirme a la bici de nuevo.
De todas formas, estoy deseando repetir!
Un saludo y gracias por comentar!
Nos ha encantado el toque personal que le has dado, un abrazo muy fuerte y mucha fuerza, articulos así hacen que miembros de la comunidad se aficionen al mundo de l triathlon y el duathlon.
Nacho ¿te gustaría que reblogueasemos tu artículo en la web de nuestra comunidad?, la vería más de 2000 miembros a nivel mundial, esperamos tu respuesta.
Carmen y Fernando.
Hola Carmen y Fernando! Será un placer! Si os ha gustado esta entrada, os recomiendo la de “Mi primer Triatlon”. Muchas gracias por el comentario!
Hola Nacho! La leeremos encantados 😉
Aquí la tenéis! Saludos!
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